Z! Lite

 Y en septiembre, ¡volvimos a Zamora! Gracias a la perseverancia y el buen hacer del equipo del Z! Live Rock Fest el pasado sábado 5 de septiembre el auditorio Ruta de la Plata congregó a Saurom, Crisix, Dark Moor, Opera Magna, The Electric Alley y un puñado de incondicionales a la música en directo.

¡Una cita que no quisimos perdernos y cuya crónica y fotos os presentamos a continuación!

 

El 5 de septiembre era una fecha marcada en rojo en el calendario de muchos. Tras la cancelación o aplazamiento de todos los festivales, giras y conciertos y en la época de los shows en streaming, la organización del el Z! Live ha hecho un esfuerzo titánico por organizar un festival en formato reducido, con cinco grupos nacionales que quitaron un poco el mono de conciertos que tenían los  asistentes al evento después de muchos meses de sequía.

Z! Lite

El recinto habitual, el auditorio Ruta de la Plata albergó este evento, que se llevó a cabo bajo las recomendaciones y normativa de seguridad actuales: mascarillas obligatorias en todo momento y asistentes sentados salvo para ir al servicio o salir del recinto, algo que se cumplió a rajatabla. Además, la megafonía se encargaba de recordar constantemente estas normas. A la llegada al recinto, el personal del festival te ayudaba a buscar un sitio de tu agrado, dando la posibilidad de escoger grada o pista, y se te entregaba una tarjeta identificatoria de tu sitio, de manera que nadie te lo pudiera quitar si lo abandonabas. Las consumiciones en la barra estaban organizadas de forma muy inteligente, con abundante personal circulando por el espacio que apuntaba la comanda y camareros que la llevaban al sitio en cuestión de minutos. Desde aquí, mi enhorabuena a la organización, que consiguió perfectamente el objetivo de reducir al máximo posible el tránsito de gente y que todo estuviera tranquilo y bajo control.

Electric

Las puertas se abrieron a las cuatro de la tarde, aunque no sería hasta las cinco y media cuando empezaría a sonar la música. En ese lapso de tiempo, la mayoría de localidades quedaron ya ocupadas, demostrando las ganas que tenía el público de asistir a un concierto por fin. Bajo unos abrasadores 34ºC, los encargados de abrir el festival fueron The Electric Alley, una banda gaditana de hard rock que no había tenido oportunidad de conocer antes, pero que me daban muy buenas sensaciones antes de comenzar su actuación. Y dichas sensaciones se cumplieron: ¡vaya grupazo! Gozaron de un sonido excelente y dejaron a todos los asistentes con la boca abierta con su música, especialmente Jaime Moreno y su voz, con una potencia y unos agudos impresionantes que fueron de lo más comentado a mi alrededor. Sonaron temas como “You give me something”, “Get electrified” o “Last letter”, que me gustó muchísimo. Además, la banda aprovechó para presentar dos temas nuevos de su próximo disco, que anunciaron se grabará a final de año para ver la luz en 2021. Habrá que estar atentos a ello y echarle un ojo, su actuación en el Z desde luego lo merece, ¡menuda forma de empezar el festival!

Opera Magna

Los siguientes en pisar el escenario fueron Ópera Magna, uno de los grupos más esperados del día. Los valencianos poco a poco se van afianzando más y más en la escena, y culpa de ello tiene su trilogía “Del amor y otros demonios”, donde demuestran que compositivamente son una de las mejores bandas del país y que en el terreno del power metal hay pocos que les ganen. Con una temperatura más soportable, empezaban su actuación con “Donde latía un corazón”, donde por unos momentos no se podía escuchar la guitarra de Javier Nula ni la voz de José Broseta. Salvando esto, tuvieron buen sonido durante el resto de su actuación, que basaron en sus álbumes “Poe” y “Del amor y otros demonios”, cayendo temas como “In nomine”, “El pozo y el péndulo”, “El corazón delator” o la maravillosa “Hijos de la tempestad”, para mí su mejor canción, muy coreada. Incluso se atrevieron con una pieza instrumental, “Rojo escarlata”, que yo personalmente no hubiera incluido en un setlist recortado para un festival. “Horizontes de gloria” fue la única canción de su primer disco “El último caballero”. Hay que resaltar la excelente la actuación de Javier Nula, cuyo virtuosismo siempre es un placer ver en directo y de José Broseta, que demostró una vez más que es uno de los mejores vocalistas de la escena y que va sobrado en los registros agudos, aunque en algún momento se le vio un poco ahogado. Muy presente estuvo también Enrique Mompó en los coros durante toda la actuación. La banda se despidió con la pegadiza “La herida” dejando un sabor de boca muy agradable.

Dark Moor

Unos problemas técnicos hicieron que el comienzo de la actuación de Dark Moor se retrasara diez minutos sobre la hora indicada, problemas que no se solucionaron con la salida del grupo al escenario. La inicial “Birth of the sun” fue un desastre, se oía muy mal, y la siguiente “The spectres dance” sonó algo mejor, pero los problemas no estaban solucionados. Tremendo cabreo llevaban encima Alfred Romero y Enrik García, dirigiéndose continuamente al técnico de sonido y haciendo aspavientos hacia los monitores, de los que no debían escuchar prácticamente nada. El vocalista pidió disculpas y agradeció la asistencia del público y continuaron con “The chariot”, donde los problemas parecieron solucionarse finalmente. Sin embargo, estas inconveniencias hicieron que la banda tuviera que recortar dos canciones de su set list, muy orientado a su última obra “Origins”, quedando un concierto más corto de lo que a todos nos hubiera gustado. Me gustó mucho la preciosa “And for ever”, donde Alfred se colgó la guitarra acústica y nos deleitó con una introducción a capella, y “Raggle taggle gypsy”. Como es habitual, la banda se despidió con “La canción del pirata”, que sonó fantástica, no sin antes pedir disculpas de nuevo por tener que recortar su actuación y agradeciendo de nuevo a todos los presentes su asistencia. Pese a todas las dificultades, Dark Moor lograron salir airosos de la actuación y dejar buenas sensaciones con su música más calmada y elegante.

Saurom

A las diez de la noche les llegaba el turno a los cabezas de cartel, los gaditanos Saurom, cuyos directos siempre son sinónimo de fiesta y pasarlo bien. Estéticamente fue el concierto más sobrio que he visto de la banda, sin pirotecnia, bailarines, malabaristas, zancudos y demás parafernalia que suelen llevar, y tampoco contaron con cantante femenina invitada ni un telón en el escenario; solo Saurom y su música. Y les bastó. Saurom son infalibles en directo, una auténtica garantía para cualquier festival, y de hecho fueron el grupo con el que más disfrutó el público. Su precipitada incorporación al cartel (a dos semanas vista) hizo que se presentaran con un set list absolutamente predecible, sin ninguna sorpresa en forma de canción poco habitual ni tampoco adelantos de su próximo disco. Comenzaron con su faceta más heavy con “Irae dei” y “El laberinto de los secretos”, pero no tardaron en caer canciones festivas como “La leyenda de Gambrinus”, “Músico de calle” o “La batalla con los cueros de vino”.

La ola

También hubo espacio para temas más tranquilos como “Vida” o “Soñando contigo”. “Es todo muy raro”, decía Migue, y tanto que lo era; imaginaos escuchar canciones como las citadas o “El carnaval del diablo” y no poder levantarse de la silla, desde luego que era raro y había que contenerse. Pese a todo, el grupo consiguió divertir a un público entusiasmado. El mejor momento del show vino con “El círculo juglar” donde, al no poder organizar el clásico círculo en el público, Migue decidió que, a falta de círculo, buenas son olas y se inventó la ola juglar, consiguiendo que el auditorio entero la realizara de un lado al otro. Un Migue que, por cierto, sufrió durante la actuación dos problemas: el micrófono, que se desconectaba continuamente y su voz, ya que venía algo tocado y se le veía sufrir para llegar a las notas más altas y algo ronco. Tras numerosos agradecimientos al público por su comportamiento y a la organización, terminaron su actuación con las clásicas “Fiesta” y “La taberna”, y se despidieron triunfalmente ante un público que les dio la mejor ovación, merecida, del festival.

Crisix

Los encargados de cerrar el festival fueron Crisix, que, como es habitual en ellos, vinieron dispuestos a arrasar con su thrash metal. Con el escenario más adornado de todo el festival, colocando dos telones laterales y un par de plataformas, descargaron temas como “Leech breeder”, “The Great Metal Motherfucker”, “Xenophorm blood”, “Conspiranoia”, “Rise…then rest” o la versión de Exodus “Toxic Waltz”. Se veía a la formación con muchas ganas, repitiendo Juli en varias ocasiones la frase "6 meses sin tocar" y aunque la afluencia de público fue menor que en otros conciertos, los barceloneses no se amilanaron y con una sonrisa de oreja a oreja lo dieron todo desde el inicio hasta el punto final. Los últimos compases de “Ultra thrash” pusieron broche final, hasta el año que viene, a un festival que demostró que con una buena organización se puede disfrutar de la cultura de manera segura.

Mil gracias a la organización del Z por montar este oasis en el desierto. ¡Nos vemos en 2021!

Crónica: Luis Martín

Fotos: FelipeSM - www.smfelipe.es