Stratovarious, Saurom, April Art, Headon, Vhäldemar, League of Distortion, Celtian, Stingers, Frequency, Dünedain... ¿Acaso nos podíamos perder el Ginetarock 2025?
No os perdáis nuestra crónica y fotos del exitoso festival ginetero.
El Gineta Rock es un festival que siempre me ha llamado la atención, pero los 450km de distancia entre Valladolid y La Gineta siempre pesaron mucho para mí. Sin embargo, propiciado por tener uno de los mejores carteles de todo el verano en España, por fin me animé. Y no fui el único, ya que finalmente el festival colgó el cartel de "no hay entradas" en el salón municipal de La Gineta, lo que convierte esta 17ª edición en la más exitosa del festival. Este éxito fue, a la vez, el punto más desfavorable, porque había tanta gente que era casi imposible moverse por el recinto, que se quedó muy pequeño, llegando muchas veces al agobio.
El asunto estaba dividido en dos escenarios, uno exterior, más grande y con pantalla de fondo y otro dentro del propio salón municipal, muy bajito y con unas luces bastante escasas que dificultaban mucho la tarea de los fotógrafos y en el que hacía un calor espantoso, aunque a su favor corría el adquirir ese ambiente de sala cerrada que da cercanía a un concierto.
En el escenario exterior, a las 16:15 abrieron Headon, ahora como cuarteto, ante un público ya muy numeroso, lo cual me alegró mucho y va confirmando el reconocimiento que va teniendo una banda que merece más. Empezaron con "Máscara" y "Sombras" su acertado repertorio basado en sus dos últimos discos, aunque lo que no fue tan acertado fue el sonido, especialmente las voces de Andy se oían muy poco. Yo estaba entre las primeras filas y creo que estábamos oyendo lo que salía de monitores. La cosa es que en todo el concierto, aunque algo mejoró, no se escucharon las voces como debería en ningún momento.
Destacaron "Canto de sirena" "Asphyxia", que me encantan, con Sergio aportando guturales y Andy demostrando el privilegio y técnica que tiene en la garganta. También contaron con dos colaboraciones: Kat Montz en "Fuego" y Isra Ramos en "Constantine", que fue muy bien recibida. "Revolución", "Libérate" y el final con su versión de "Fiesta pagana" completaron un muy buen concierto de los murcianos, que quizá tuvieron demasiada prisa y terminaron unos diez minutos antes de la hora marcada. Estupendo inicio de festival.
Frequency eran la banda más discordante de todo el cartel, la única de sonidos extremos, aunque tuvieron buena respuesta del público. Fue el propio vocalista Santiago, muy activo todo el concierto, el que se encargaba de retar al público, avisar de que "quería ver hostias" y organizar los pogos y circle pits, bajando incluso él mismo a ello si hacía falta. Presentaron temas de sus dos discos, "From yesterday" y "Inner Masquerade" entre ellos, ambos de su primera obra "Rotten Empire". Sonaron muy bien y arrollaron con su propuesta.
Tocaba doble sesión de metal moderno y April Art fue, sin duda, uno de los grandes ganadores del festival. Los alemanes tiñeron de rojo el escenario con su vestimenta e hicieron sudar a todo presente allí a base de canciones perfectas para un festival, potentes pero a la vez muy cantables. La propuesta visual fue sobresaliente, no basada solo en ir uniformados, sino en llenar el escenario con movimientos, simpatía y carisma. "Breakout" y "Painkiller" abrieron la veda y ya tenían a todo el público en el bolsillo. Con un sonido bien balanceado siguieron con "Break the silence", "Fighter", "Head up high", que entra sola y "Superhero", que sonó muy bien también.
También tiraron unas pelotas rojas al público con el logo del grupo para "Karma is a beach", en la que su cantante Lisa no dudó en bajar al público para organizar un pogo y subirse a hombros de un asistente para dirigir el cotarro. Como os decía, se metió a todo el mundo en el bolsillo rápidamente. Se despidieron con "Jackhammer" y "Not sorry" tras un concierto tremendo marcado a fuego en el top del festival.
Sus compatriotas League of Distortion se estrenaban en España ante un público no tan numeroso como tuvo April Art, y me sorprendió, porque ambas propuestas van muy de la mano, aunque con una presencia escénica no tan cuidada, eso sí. "Galvanize" fue la primera en sonar, seguida de "My enemy", que me gustó muchísimo y la tremenda "My hate will go on". La banda sonó muy bien, especialmente Anna que cantó fenomenal. Era la vocalista la que llevaba el peso escénico de la banda, ya que sus compañeros apenas se movían del sitio, pero ella interactuaba, chocaba las manos con el público, cambiaba su vestuario y presentaba los temas, aventurándose con algunas frases en español, tras las cuales esperaba nerviosa la reacción de la gente por ver si lo había dicho bien. También se mostró muy agradecida por la acogida. "Wolf or lamb", "I´m a bitch", presentada como su favorita, "Crucify me" y "L.O.D" fueron las últimas en sonar. A mí me gustaron mucho. Eso sí, hace apenas dos semanas, April Art y League of Distortion han sacado un tema conjunto y no hubo colaboración en ninguno de los dos conciertos. Oportunidad de oro perdida.
Celtian eran los siguientes en tomar el escenario GinetaRock, ya con el sol escondiéndose salieron con "La profecía", "Sueños de cristal" y "Hasta el final", con un sonido no malo, pero tampoco perfecto, ya que especialmente la guitarra de Sergio no se escuchaba bien, aunque sí al resto del grupo. Para mí, el concierto tuvo dos partes bien diferenciadas, una primera formada por los tres temas iniciales y "Nueva era", que se me hizo bastante plana y en la que no se consiguió esa conexión al 100% con el público; y una segunda, a partir de que sonara "Maleficio de sangre", en la que sí funcionó todo como debería y salió todo de diez. Supongo que es el efecto de ejecutar tu mejor canción de una manera impecable. Raquel cantó espectacular todo el concierto, aunque siempre lo digo, en directo es un valor seguro.
"Niamh" es un clásico desde su publicación, "Caricia mordaz" es muy buena y "El hijo del ayer" tiene una respuesta siempre brutal, por lo que pocas cosas podían fallar. "Serena" en directo gana enteros y te deja con ganas de más, que satisfacen con la última "En tierra de hadas". Al final, buen sabor de boca con Celtian, que por cierto se presentaron con Miguel Monje (Grapeshot) al bajo, en lugar de Raúl Plaza.
Y lo de Dünedain fue estratosférico. Con el pabellón a rebosar de gente y una temperatura que rozaba lo casi insoportable, ofrecieron el concierto más intenso del día, con un sonido perfecto y una colección de temazos que levantan a un muerto. Aunque Carlos sigue cojo, va ganando movilidad y eso se nota. La banda estuvo espectacular desde el inicio con "A un paso del cielo" y "Legado", pasando por "Vuela", "1000 golpes", "Unidos"… hasta el final, sin olvidarme de las dos nuevas "Fénix" y "La misma canción", que funcionaron igual de bien que las que llevan ya años publicadas. Con ese repertorio, un público con muchas ganas y una banda con toda la actitud el resultado es claro, y es otro concierto que para muchos sería el mejor del festival. Dünedain son infalibles y en el Gineta se salieron. Fue uno de los mejores conciertos suyos que he visto, y es lista no es precisamente corta. Enormes.
El cabeza de cartel era Stratovarius, una banda bastante asidua a nuestros festivales, aunque eso no le impide tener siempre una buena respuesta. Al fin y al cabo, no dejan de ser una banda mítica de la época dorada del power metal. Con un escenario adorando con una figura enorme de su logo iluminado, los de Timo Kotipelto ofrecieron un repertorio muy cargado de clásicos, comenzando con "Forever free", "Eagleheart" y "The kiss of Judas", los tres del álbum "Visions", casi nada. Como temas más recientes, presentaron "World on fire" y "Survive" y completaron con otros como "Destiny", "Eternity" o "Paradise".
Cuando Kotipelto presenta a su compañero Jens Johansson ya se sabe que viene el clasicazo "Black diamond", probablemente la canción más coreada del festival junto con "Hunting high and low", que siempre cierra los shows de los finlandeses. También hubo tiempo para la balada "Forever" y el clásico más reciente, "Unbreakable". Aunque no sean una banda que en directo ofrezcan un espectáculo inolvidable, Stratovarius tiene bagaje de sobra para cumplir siempre y dar un buen concierto, y si tiras de un repertorio al que pocos peros se le pueden poner, no hay margen para el fallo.
Vhäldemar tomaron el escenario interior como siempre hacen, con un torbellino de heavy metal clásico dispuestos a llevarse por delante lo que haga falta. "Dreambreaker" y "Devil´s child" (qué temazo) fueron las primeras de un repertorio similar al que han estado desarrollando desde que salió "Sanctuary of death". Vhäldemar en directo molan mucho, especialmente gracias a Carlos y su ausencia total de filtro, que no duda un momento en cagarse en todo y patear su pie de micro si no ve al público "a muerte", que para eso han venido del puto Barakaldo, decía. "Metalizer", "Death to the wizard" o la que más me gusta a mí, "1366", iban cayendo en La Gineta, hasta que dieron las doce de la noche y por tanto el cumpleaños del vocalista, agradecido con poder celebrarlo con todos los asistentes. También contaron con la colaboración de Aitor (ex Hitten) y José Ángel Díaz "Pirulí" en "Howling at the moon". Buen concierto de Vhäldemar.
El otro cabeza de cartel del festival era Saurom, instalados ya en las posiciones más altas del panorama en cuanto a popularidad y convocatoria a los conciertos, que arrancaron con "El principito", un tema que me da la impresión según las veces que lo he visto que no es de los preferidos del público del último disco, aunque pronto llegarían "La hija de las estrellas" y "La leyenda de Gambrinus", esta última con Isra Ramos a despertar a todo el mundo, aunque el cansancio después de muchas horas ya pesaba. Isra no fue el único invitado, sino que también estuvo Eli Amoedo, y ambos cantaron junto con Migue "No seré yo", que siempre es espectacular a tres voces.
Con el bajista José ya de vuelta tras su ausencia temporal, la banda tiró de un repertorio reducido pero perfecto para un festival, combinando clásicos, temas nuevos y variedad de estilos como pueden ser "La batalla con los cueros de vino", "Mejor sin ti", "La llorona", "El lazarillo de Tormes", también con Isra, o la balada del último disco "Todo en mi vida". Contar con Eli tiene la ventaja de que puedes escuchar "El pájaro fantasma" y "El mordisco de la serpiente", ambas con una interpretación brutal de la vocalista. El concierto era una fiesta y no necesitaron pirotecnia o bailarines para montarla. La traca final la pusieron "El rey que no sabía mandar", "El carnaval del diablo", "El círculo juglar" y "La taberna". Como siempre, muy bien Saurom, que recordaban sus anteriores pasos por el festival y celebraban su crecimiento.
Aunque la espantada fue generalizada, aún quedaba un grupo, el tributo a Scorpions Stingers, por lo que me acerqué al escenario Corazón de Metal a ver qué tal sonaba aquello. Y sonaba perfecto, sonidazo para Stingers, que, ataviados como los originales, se encargaron de cerrar la fiesta con los mejores temas de Scorpions. Y hay qué ver cómo se parece la voz de Panchi a la de Klaus Meine, es clavada. No vi el concierto entero, porque ni me gusta Scorpions ni las bandas tributo me producen interés alguno, pero sí se quedaron unos cientos a disfrutarlos.
Por lo tanto, así terminó la decimoséptima edición del Gineta Rock, la edición más exitosa del festival manchego hasta la fecha. Fue una jornada sobresaliente y de grandes conciertos, únicamente manchada por el agobio que comentaba al principio que había en el recinto por la cantidad de asistentes. Si el festival sigue en línea ascendente, igual tienen que darle una vuelta al recinto de cara al año que viene y venideros. Enhorabuena y gracias al Gineta Rock por permitirnos disfrutar de la manera que lo hicimos.
Crónica: Luis Martín
Fotos: Lucía Barcenilla
Fotos Vhäldemar y Stingers: Ginetarock