Regresamos hoy a Viveiro para revivir la penúltima jornada del Resurrection Fest, un día en el que disfrutamos de grupos como Gojira, Mastodon, Sound of Silence, Skunk DF, Closing The Earth, We Exist Even Dead, Leaving Mars, Dagoba, EON, The Broken Horizon, Beyond The Black, Crossfaith o Malevolence.
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Las energías comenzaban a flaquear entre el público, que cada vez se animaba menos a aparecer a los primeros conciertos del día. Nosotros, sin embargo, permanecimos fieles a nuestra costumbre y nos plantamos en el festival para el primer bolo programado. Envueltos en el olor a humedad que vaticinaba las primeras lluvias serias del festi, nos acercamos al Desert Stage.
Closing The Earth llegaron desde Granada dispuestos a demostrar por qué habían sido una de las bandas ganadoras del Band Contest. Esta banda de metalcore tiene muy buena presencia sobre el escenario. A pesar de la poca afluencia, sus fans se mantuvieron animados con saltos casi continuos y varios pogos. “The Arrival” estuvo muy presente en su setlist y hacia el final del pase su vocalista tuvo a bien acercarse a pie de público para despedirse en condiciones de las tablas.
A continuación, antes de acercarnos al Ritual Stage, visitamos brevemente a We Exist Even Dead. Ésta es otra de nuestras prometedoras bandas nacionales. De nuevo, arrolladores sobre el escenario haciendo despliegue de toda su discografía. Para nuestra desgracia, nos perdimos el final del concierto.
Ahora sí, Leaving Mars daba el pistoletazo de salida al segundo escenario del Resurrection. Su frontman presentó todas y cada una de las canciones de forma sobresaliente, lo que no es muy habitual hoy en día. El protagonista de su elección de canciones fue “Take-off 2122”, su último (y único) LP. Canciones como “Workaholic” y “After Lockdown” se nos grabaron a fuego en la memoria. Para rematar su puesta en escena, lanzaron varios de sus discos entre el público.
Sin poder descansar, nos dirigimos al Main Stage para acompañar a Skunk DF en su primer concierto del Resurrection Fest. Se notó que disfrutaron estando sobre ese escenario y, si bien todos tenían cuerpo sobre el escenario, su vocalista y su baijsta se llevaron la palma, pues no les costaba nada conectar con sus oyentes. Trajeron un poco de toda su discografía, siendo buenos ejemplos de ello “En 5 minutos” y “Arde”.
Llegó el turno de Eon. “Rubicon”, su último trabajo, sonó por cada rincón del Ritual Stage. Lo defendieron con éxito, consiguiendo que el público acompañase sus temas. Por desgracia tuvimos que conformarnos con escuchar la mitad del concierto desde lejos, pues había que ser previsores y reservar sitio para Dagoba.
Sin embargo, pese a las ganas que le teníamos a la banda, un comentario desafortunado (y de corte machista) por parte de su vocalista tras una de las primeras canciones nos desencantó lo suficiente como para buscar un plan alternativo. Aún así, los pocos minutos que estuvimos con ellos pudimos comprobar que han nacido para romper escenarios.
El citado desliz nos permitió llegar puntuales al pase de The Broken Horizon en el Chaos Stage, donde el Yisus del Resu nos recibió con los brazos abiertos. Víctor, el vocalista, apareció sobre las tablas con el traje de su personaje, que no dudó en lanzarlo por los aires a medio bolo buscando un digno sucesor. Entre “Desolation” y “Until Silence Speaks” tuvieron bastante donde elegir repertorio. Lástima no poder disfrutarlos a derechas, pues a veces el sonido hizo de las suyas a pesar de los esfuerzos de la banda por dar un show de diez.
Atravesando todo el festival de vuelta al escenario principal, hicimos una pequeña pausa para deleitarnos con Sound Of Silence. Los asturianos se han refugiado bajo el ala de los estilos más brutales del festival, y con letras en español. Sus fans estarán de acuerdo con nosotros en que dieron un conciertazo, pues no faltaron pits, pogos ni walls of death.
Llegaba el turno de una de las citas más ligeras (e igualmente cañeras) del Resurrection, pero no por ello menos disfrutables. Beyond The Black salieron al escenario envueltos en negro y rojo, con una vocalista imponente y unos músicos que sabían muy bien lo que se hacían, pues todo sonó redondo. Pudimos escuchar canciones como “Reincarnation”, “Horizons” (homónima de su último trabajo) o “Heart Of Hurricane”. Los fans no dejaron de corear estribillos y disfrutar hasta el último acorde.
Un rato más tarde, en ese mismo escenario, tendría lugar uno de los bolazos más épicos que ha visto jamás este festival. Crossfaith ofreció un espectáculo digno de cabeza de cartel, llenando la explanada y haciendo que absolutamente nadie parase de moverse durante todo su pase. El crowdsurfing fue una constante, los pogos incesantes y los brincos, infinitos. Los japoneses sabían lo que hacían y fue un concierto de pura adrenalina. Su electro j-core resonó con fuerza en su último concierto de gira gracias a temazos como “Slave Of Chaos” y “Countdown To Hell”.
A continuación llegaba el turno de Mastodon. Cómo no, la explanada volvía a estar llena ante el Main Stage. En general fue un concierto bastante oscuro, con los músicos a contraluz casi todo el tiempo. Sin embargo, a pesar de no poder verles mucho la cara, eso no nos impidió disfrutar de la presentación de su último trabajo, “Hushed And Grim”. Esta banda tiene un desempeño sobresaliente a nivel técnico aunque no es para menos viendo su trayectoria. Como contrapartida, el tener que estar anclados a un micrófono en trípode les hizo perder dinamismo sobre el escenario.
Acercándonos ya al final de la noche, antes de ver al cabeza de cartel asistimos tanto a Moscow Death Brigade como a Master Boot Record (Chaos y Ritual respectivamente). Los rusos fueron impresionantes pese a la intranquilidad que los precedió por las tensiones de su país con Ucrania. La carpa estaba llena aún a pesar de solaparse su horario con el del Main Stage. Las letras de “Never Walk Alone”, “Feed The Crocodiles” o “Brother And Sisterhood” fueron coreadas con energía, entre otras muchas.
Master Boot Record es, en el contexto de este festi, una banda que puedes odiar o adorar, pero difícilmente te situarás en el término medio del espectro. Su pase estuvo dedicado a los más freaks y amantes de la tecnología retro (a destacar sus covers de los videojuegos Doom y Castlevania). Destacó su uso de chiptunes y también su jovencísimo guitarrista, capaz de mantener juegos de dedos vertiginosos durante minutos.
Casi terminando la noche, por fin, Gojira salió a escena. Lo primero que cabe mencionar es que tuvieron el mismo problema de Mastodon: el depender de un micrófono estático restó puntos a la calidad de su directo. Partiendo de esa base, para sus fans fue un concierto estupendo. “Born For One Thing” fue rápidamente seguida por los asistentes, y lo mismo pasó con otros temas como “Stranded” o “Silvera”.
Antes de abandonar el recinto nos pasamos por los desafortunados Malevolence, en el Chaos Stage. Dada la hora y el solapamiento de horarios no contaron con un overbooking tan sonado como el del grupo anterior. Aún así, pudieron defenderse durante la presentación de su último LP, “Malicious Intent” y formar un buen jaleo a pie de pista.
Y hasta aquí llegó nuestro sábado. Los cuatro días de festival empezaban a acusarse en el cuerpo y todavía nos quedaba una tediosa jornada por delante. Por momentos nos planteábamos si la decisión de haber añadido una quinta había sido la correcta. Por otra parte, nada nos quitaba la ilusión y pusimos rumbo al colchón. Cada minuto de sueño era un pequeño porcentaje de batería recargada, y seguro que las energías nos harían falta al día siguiente.
Crónica y fotos: Sheila Niebla