Tras la crónica del primer día, regresamos al ataque con el relato de la segunda jornada del Resurrection Fest. Y sí, nosotros también tenemos ya ganas de volver.

Watain, Down, Converge, Angelus Apátrida y muchos más te esperan.

 

 

El grupo asturiano Teksuo fue el encargado de abrir la segunda jornada del Resurrection Fest, apoyados por un público más numeroso del que se esperaba teniendo en cuenta que era poco más de la una de la tarde y suponía el primer día de resaca general. Pero en el Ritual Stage la gente ya tenía ganas de directo y la banda salió a escena a ritmo de “Redshift” seguido de “Hands of War”, temas que consiguieron calentar motores y despertar a todo el mundo. La banda actualmente se encuentra inmersa en la composición de su nuevo disco y nos quisieron regalar un tema nuevo, todavía sin titular siquiera, a la que se refirieron como “New One”. A continuación llegó la archiconocida “Diamonds”, cover de Rihanna que da nombre a su último EP, para concluir con “The Swarm”. 25 minutos que se hicieron demasiado cortos y que nos dejaron con ganas de más, porque que se nota cuando una banda sale a darlo todo. Gran puesta en escena, gran sonido y grandes expectativas para el nuevo disco nos deja Teksuo tras su actuación en el festival, además de querer volver a disfrutar de su directo.

Vortice pisó el escenario del Ritual Stage para descargar lo que acabaría siendo una sobredosis de potencia que te llegaba por todos los poros. Si nunca los has visto en directo, te aseguramos que impresiona, y una gran parte de culpa la tiene su vocalista Alex Misas, todo un showman que no se cansa de moverse y expresar cada uno de los temas de todas las formas posibles. Pero no se queda ahí, ya que la calidad del directo de estos catalanes también se debe a la técnica y buen hacer de sus guitarristas, bajo y batería. Un auténtico espectáculo que te harán querer repetir una y otra vez.

Era el turno de Iwrestledaberonce en el Chaos Stage, una banda que escapa a cualquier etiqueta gracias a su estilo atrevido, mezclando metal con melodías ochentero o tipo videojuego clásico por poner un ejemplo. ¿En qué se traduce eso durante un concierto? Pues en un espectáculo digno de ver, sobre todo si todos los miembros de la banda tienen carisma sobre el escenario para dar y regalar. Pudimos escuchar temas como “Next Visible Delicious”, “Mind the Gap”, “You Know That Ain’t Them Dogs’ Real Voices” o “Firebees”, durante alguno de los cuales vimos a Courtney cantando tirada en el escenario mientras se agitaba cual ataque epiléptico. En resumen: diversión y buen directo de estos norteamericanos.

Después de la descarga de Iwrestledabearonce, nos dirigíamos al estreno del escenario principal para la jornada del viernes. A priori, no teníamos muchas expectativas sobre este concierto, dado que el nombre de Heart in Hand no nos daba muchas esperanzas. Sorprendentemente y pese a ser un hardcore muy melódico, resultó que los chicos de Southampton sabían cómo entretener al público gallego. Charlie Holmes supo desenvolver muy bien los temas de su álbum debut “Only Memorie”s, “Tunnels” (con la que abrieron la actuación), “Threefifteen” y la que da título al disco, “Only Memories”. También nos presentaron canciones de su nuevo álbum, “Almost There", publicado el año pasado, de la que destacamos “Cuts and Bruises” y “Life Goes On…”, corte que sirvió como despedida para los ingleses.

Mientras alguno de nosotros esperaba en el Chaos Stage para ver a Texas in July, otros fuimos al Ritual Stage en busca de sonidos algo más extremos. Allí nos esperaban los madrileños Wormed que ya se encontraban interpretando “Geodesic Dome” de su álbum debut “Planisphærium”. Los madrileños descargaron su death metal técnico durante aproximadamente media hora, liderados por el enérgico Phlegeton, que no paró de moverse un solo segundo, como ya nos tiene acostumbrados. Si bien no era el debut de Guillermo Calero a los platos, si era la primera vez que nosotros le veíamos en acción y, sin menospreciar a su predecesor, nada tiene que envidiarle a Ricky y la batería sonó como siempre, si cabe incluso con más fuerza. El concierto transcurrió sin ningún percance (salvo que a veces las guitarras sonaban ligeramente mal) mientras la banda oscilaba entre temas de su debut y de su último disco “Exodromos” como “Tautochrone” o “Nucleon”.

A las 15:30 daba comienzo en el concierto de Texas In July, quienes presentaban en sociedad su nuevo retoño “Bloodwork” además de a sus nuevos componentes: el cantante J.T. Cavey y el guitarrista Cam Whelsh. “Cry Wolf” fue la canción elegida para arrancar su show, seguida de “It’s Not My First Rodeo” y “Hook, Line and Sinner”. También nos adelantaron “Broken Soul”, primer single de su nuevo disco y también escuchamos temas como “Magnolia”, “Bed Of Nails” o “C4”. Había bastante público para haber coincido gran parte del concierto con el de Wormed, y cada vez había más gente dispuesta a ser parte de su show. Y un show con mayúsculas se podría decir, porque ver en directo a Adam Gray, batería de la banda desde sus inicios, es como amanecer cubierto de regalos el día de Navidad. Impresionante lo de este hombre, que no contento con tocar la batería como quiere, nos regala un espectáculo de malabares con baquetas mientras toca. En definitiva, un increíble directo por parte de la banda y una gran actuación de J.T. Cavey, quien se metió al público en el bolsillo y se reafirmó como gran vocalista para Texas In July.

Los albaceteños Angelus Apátrida fueron una de las bandas nacionales más reclamadas en la encuesta oficial del festival, y sin ninguna duda, hicieron lo esperado, demostrar por qué son la banda de thrash nacional más grande del momento repasando los temas principalmente de su ''The Call''. En el público se nos hizo bastante corto el bolo, la verdad, a veces eso es lo que falla en el Resurrection. Los cuatro miembros estuvieron intachables, incluso el gran David que, tras haber sufrido un accidente, tuvo que tocar sentado y con una pierna ''a lo robocop'' como bien marcó el salado Guille. Sin la más mínima duda, demostraron el por qué de su éxito.

Después del thrash metal de Angelus Apátrida, regresábamos al Ritual Stage para disfrutar de Looking for an Answer. Espectaculares como siempre. Actuación dinámica y llena de fuerza, además de una ejecución impecable. Pese a que hace ya dos años que Iñaki dejó la banda, aún no habíamos tenido la ocasión de verles con Santi, el nuevo cantante de la banda –aunque ya había substituido a Iñaki en alguna ocasión—y la verdad es que nos sorprendió gratamente, buena voz y muy dicharachero. Además de interpretar clásicos de sus discos “Extinción” y “Eterno Treblinko”, nos presentaron en primicia su nuevo EP “Kraken” casi al completo, tocando “Kraken”, “Martir Matarife” y el cover de Minor Threat “Seeing Red”. Con “Ecoterror” y “Escoria” pondrían fin a su show, al que solo se le puede achacar que no tocaran algo más. Sin duda, una de las mejores actuaciones de todo el festival.

La primera decepción del día vendría de la mano de Vildhjarta. Si bien luego nos enteramos que los pobres habían perdido parte de su material en el aeropuerto, creo que la actitud que tuvo uno de sus cantantes, Daniel ‘Mynd’ Ädel, no fue la adecuada. Su actitud fue de completo pasotismo durante todo el set, además de que me pareció un poco Jens Kidman wannabe. No sonaron nada bien y aunque ahora sabemos que no fue a causa de la propia banda, no pudimos disfrutar de ellos como es debido. La mayoría de las canciones eran difíciles e incluso en algún caso, imposibles de reconocer, si bien nos quedamos con “Traces”, que sonó medianamente decente. Una pena dado que era una de las actuaciones que más ganas teníamos de presenciar.

A Willhelm Scream supieron quitarnos el mal sabor de boca dejado por los suecos y es que los años de experiencia se notan. Probablemente una de las bandas de hardcore melódico más querida por el público estatal, que recuerda a los sonidos de otras formaciones como Strike Anywhere o Propagandhi, nunca deja indiferente a sus espectadores en sus visitas. Un show correcto y lleno de actitud que nos dejó agradables sensaciones. Memorable la actitud de los de Massachusetts ante la invasión de los “Resu Kids” en el escenario, donde todos los integrantes de la banda interactuaron con los más pequeños del festival, sacando sonrisas tanto a niños como adultos. Todo un lujo disfrutar de su directo.

En el escenario principal nos esperaba G.B.H en representación del punk más clásico dentro del cartel. 40 minutos de set de punk rápido da para mucho y los ingleses recorrieron prácticamente toda su discografía pasando por temas como “Alcohol”, “Lycantrophy”, “Necrophilia”, “Am I Dead Yet?” o “City Baby Attacked by Rats”, la que da nombre a su álbum debut. Actitud fiel al sonido “UK87”, si bien su música se ha metalizado algo en sus últimos trabajos, Colin Abrahall sigue siendo la viva imagen del punk londinense. Ya quisieran otras viejas glorias tener la misma presencia que ellos.

Poco después de las nueve de la noche nos trasladamos al Ritual Stage para ver a Suffocation. Sabían que tenían que poner el listón alto ya que después llegaba el esperadísimo concierto de Down, así que salieron pisando fuerte y a no dejar títere con cabeza. Sacaron temas como “Catatonia”, “Pierced from Within”, “As Grace Descends”, “Funeral Inception” o “Purgatorial Punishment” de su repertorio que hicieron retumbar la carpa. No fue un directo fuera de serie, pero hicieron disfrutar a los presentes que no dejaron la cabeza quieta ni un segundo. Seas fan del género o no, si ves a Suffocation en directo sin duda te harán pasar un buen rato.

Y llegó el momento que todo Viveiro estaba esperando: la salida de Phil Anselmo a escena. Down se posicionaba como cabeza de cartel del viernes y sobra decir que dicho puesto es más que merecido. “Eyes of the South” fue la encargada de abrir el directo y Phil agradeció al público por estar ahí una vez más, como es habitual, y nos preparaba para lo que estaba por llegar. “We Knew Him Well”, “Witchtripper”, “Lysergik Funeral Procession” o “Hail the Leaf” formaron parte de su setlist, dejando para el final un gran cierre con “Stone the Crow” y la esperadísima “Bury Me In Smoke”. Los años pasan y se nota. Lo notamos nosotros y también lo notan ellos, pero no por ello dejaron su show como una triste sombra de lo que fue, sino que dieron lo mejor de sí dentro de sus limitaciones, con algunos momentos locos como cuando el señor Anselmo subió a pulso a unos fotógrafos al escenario. Habrá opiniones para todo, pero fue una noche y un concierto para recordar durante mucho tiempo.

Después de disfrutar de Phil Anselmo y que nuestro equipo recuperara fuerzas cenando algo, tocaba regresar al Ritual Stage. Allí nos esperaba La Banda del festival, en mayúsculas. Converge dieron una actuación espectacular, con clase y un Jacob Bannon pletórico. Su set se basó básicamente en los álbumes “Axe to Fall”, “You Fail M”e y su último redondo “All We Love We Leave Behind”, siendo “Grim Heart/Black Rose” la única representación de “No Heroes”. Afortunadamente, también hubo tiempo para rescatar su disco “Jane Doe”, considerado por muchos el buque insignia de los de Salem. Para nosotros el punto álgido de su show fue ese, momento en el que decidieron tocar “Concubine” seguida de “Fault and Fracture”. Algunos de nosotros llevábamos siete años sin ver a la banda y sin duda esta actuación nos cayó encima como agua de mayo.

Tras la extrema descarga que nos habían propiciado Converge, la actuación de Nofx nos supo a poco, además de que nos resultó algo extraña. Primero por el hecho de que no tocaron “Don’t Call Me White”, probablemente la canción más quemada de su discografía. Y segundo, por su actitud y comentarios. Desconocemos si estaban bromeando por toda esa comparación que hacen del Resurrection al Hellfest o si bien estaban convencidos realmente de que estaban en Francia. El caso es que su “thank you Hellfest” o que comentaran que les gustaba nuestro país por el queso y que las mujeres no se duchaban (sin querer ofender a las francesas, creo que esa fama es más propia de ellos que de nosotros…), nos desconcertaron a más de uno. Una pena, puesto creemos que Nofx son una banda cuyas actuaciones suelen ser divertidas y amenas, pero no fue el caso en esta ocasión.

Antes hablábamos de nuestra primera decepción del día, ahora llega el turno de la segunda y si cabe aún más desastrosa. Lamentable. Simple y claro. Así fue la actuación de Watain. Insulsa y sin esencia, han perdido el norte, o el espíritu o lo que sea que hacía que sus shows fueran memorables y no un circo ambulante. Ya no es solo la cuestión de que elijan los temas del setlist terriblemente, pero la verdad es que nada ayuda que se dediquen a tocar los temas más lentos y aburridos de su discografía. Que basen casi todo el set en su último álbum, “The Wild Hunt”, tampoco mejora la situación. El público solo fue capaz de hacer headbanging en “Malfeitor” y corear un poco “Stellarvore”. El resto, prescindible. Espero que sea una mala racha, sino más de uno ya ha jurado que va a quemar y/o regalar sus camisetas.

Tras una larga e intensa campaña en las redes para conseguir que Phil H. Anselmo se marcara un temita con los Display of Power es innegable que gran parte del público estábamos esperando ese momento. Finalmente no pudo ser, y la banda lo anunció en mitad del bolo, lo cual fue buen detalle. Al margen de toda esa historia, creo que en España no somos conscientes aún de que tenemos a una de las mejores bandas tributo a Pantera en todo el mundo, se nota el duro trabajo de estos cuatro chicos en ese aspecto, cierra los ojos y casi sentirás a los Pantera con un siempre bien acertado setlist.

Y con la actuación de Display of Power, nos íbamos al camping con la espinita de no haber visto a Phil cantando con los gallegos. Finalizábamos un día que nos había dado más alegrías que disgustos, pero que la sombra de los black metaleros nos había apagado un poco. Ya solo restaba un día de festival y ahora tocaba descansar, pues el sábado empezaba pronto la jornada.

Crónica: Xell, Shadows y Felipe Outeiriño

Fotos: Resurrection Fest

 

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