El pasado mes de octubre se celebró en Oporto una nueva edición del Amplifest. Allí enviamos nosotros a Xell, quien hoy nos relata lo acontecido en la primera jornada del festival.

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Si hay un festival de referencia en Portugal, a parte del ya conocido Barroselas, es sin duda el Amplifest. Con una apuesta un poco menos extrema que el anterior mencionado y con un enfoque más parecido a festivales de la talla del Roadburn, este joven festival va superando su cartel año tras año. Tras recibir varios comentarios más que positivos sobre el festival y sobretodo tras la confirmación de las bandas Cult of Luna y Urfaust, decidí que no podía perderme la edición de 2014. El evento tiene lugar en la emblemática Porto y en una sala excepcional como es la Hard Club. Su calidad de sonido solo la rivaliza una 013 (Tilburg, Países Bajos) en sus mejores días. Otro punto positivo a tener en cuenta del Amplifest, es que no es un festival de masas y además tiene una organización muy cuidada. Y lo más importante, las bandas se van alternando unas con otras y salvo escasos minutos, no hay coincidencias. Cualquiera que haya ido a un festival con más de un escenario, sabrá los quebraderos de cabeza que te trae el poder elegir qué grupos ver.

 

El pistoletazo de salida del Amplifest fue dado por YOB en la sala principal. Apenas dos días después de haber podido disfrutar de su gran directo en el Ritual Cvlt Fest, los de Oregon volvieron a dejarme estupefacta con una impresionante actuación. Con un setlist prácticamente idéntico al que interpretaron en Barcelona, el trío se centró en presentarnos su último álbum Clearing the Path to Ascend. Era impresionante como a primera hora del festival, la sala ya estaba abarrotada y completamente entregada. De tal manera estaba Mike, vocalista de la banda, el cual impregnaba con su energía toda la sala. Volvieron a empezar con la grandiosa “Ball of Molten”, dejando boquiabierto a más de un portugués. El resto del show siguió sin ningún inconveniente, buen sonido, buena comunicación banda-público y un final apoteósico de la mano de “Marrow”. Dos veces en una semana no habían sido suficientes y mi cuerpo quería más. ¡Contando los días para poder volver a ver en directo a estas bestias!

 

A continuación podíamos disfrutar del directo de Marissa Nadler o a P. Brotzman, pero yo decidí dar un vistazo a la exposición que había en el pasillo principal y a dar una vuelta por los puestos de merchandise. También hubo que hacer un apaño de merienda-cena, porque, seamos sinceros, la hora de cenar coincidía con Swans y eso no se lo perdía nadie. Volví al recinto para el show de Pallbearer, los encargados en acompañar a YOB en su gira europea y que estarían tocando en la sala pequeña de la Hard Club. Como bien pudisteis leer en la crónica del Ritual Cvlt Fest, al igual que los de Oregon, este cuarteto nos dejó completamente impresionados a todos los allí presentes. Siendo una de las bandas que “nuevas” que más me gustan del género actualmente, debo confesar que me siento muy afortunada por haber podido disfrutar de su directo dos veces en un espacio tiempo tan corto. La actuación fue bastante similar a la que pude ver en Barcelona, con el pequeño y grato detalle de que abrieron con “The Ghost I Used to Be”, el tema estrella de su último álbum Foundations of Burden. Tampoco se olvidaron de su debut del cual interpretaron “Devoid of Redemption” y “Foreigner”, tema con el cual dieron por concluida su actuación. Brett Campbell demostró, una vez más, que estamos ante una de las mejores voces del doom actual.

 

Nada más terminar la actuación de los americanos, me dirigí rauda y veloz a la sala principal, pues solo faltaban 10 minutos para que Swans dieran comienzo de su espectáculo… ¡y la sala ya estaba a reventar! Tal cual fue la acumulación de público que me fue imposible acercarme hasta el foso y tuve que conformarme con ver a la banda desde las proximidades de la barra (cosa que no me importó pues la cerveza estaba realmente barata y encima cada tres cervezas te regalaban la cuarta). Si bien mi primera vez viendo a Michael Gira y a los suyos fue algo decepcionante, lo vivido en Porto fue algo completamente distinto, una experiencia única. Y eso que los primeros minutos fueron pura tortura de gong. Su penúltimo álbum, The Seer, no acabó de convencerme en su momento, pero hay que reconocer que cuando interpretaron “The Apostate”, con un Gira ya completamente ido, hubo un click en mi cerebro que me hizo sumergirme por completo en el espectáculo. Fue tan grata la experiencia que ni llegué a echar de menos temas de la etapa antigua de Swans. Bueno, si hubiera caído algún caramelito, no me hubiera importado, para qué negarlo. Michael se despediría de nosotros con muchos “love” y avisándonos de que andaría por la zona del merch para hablar y firmar artículos. Ganas me dieron de ir a darle un achuchón, pero me decanté por seguir viendo música en la sala contigua.

 

Allí nos esperaba el corto pero intenso –y tan intenso—set de Hexis. Fueron apenas 25 minutos de gritos desgarradores y luces que podían dejar epiléptico a cualquiera, pero salí encantada del show. La forma que tienen los daneses de mezclar el black metal con el hardcore y transportarlo al directo, hacen que destaquen entre toda esta marea de bandas de este estilo que tanto se han puesto de moda. Nos presentaron temas de su disco Abalam mientras Filip, frontman de la banda, descargaba toda su ira sobre nosotros. En más de un momento temimos porque el cable del micrófono nos diera un latigazo y es que ya había dicho que el espectáculo fue realmente intenso.

 

Sin irnos de la sala 2, nos tocó esperar una larga prueba de sonido hasta que Margaret Chardiet fue capaz de transformarse y subirse al escenario en forma de Pharmakon. La misma chica rubia y con cara de monina que había estado sonriendo constantemente minutos antes, ahora se había transformado en una persona completamente apuesta, haciendo de su show una oda a lo salvaje y nihilista. Desconocía por completo su propuesta musical, cercana al noise y al industrial pero con toques de drone y ambient, tan solo sabía que acompañaba a Swans en su gira europea. Sin duda la actuación de la rubia no dejó indiferente a nadie, pues Margaret bajó del escenario para ir gritando entre el público, intimidando a más de algún varón al que intentó enredar con el cable del micrófono. Toda una experiencia distinta a lo que llevábamos viendo de festival.

 

Para acabar la noche –al menos la mía, que fui incapaz de llegar a la banda sorpresa—teníamos a Ben Frost en la sala principal. Una propuesta que se asemejaba algo más a Pharmakon que el resto de bandas, pero que era mucho más suave y electrónica que su propuesta. Un solo hombre, barbudo, ante una mesa y con la ayuda en algunas partes de Thor Harris, percusionista de Swans. De lo mejorcito para motivarte e irte de fiesta tras su concierto, aunque en mi caso hizo mella el cansancio y me fui directa a la cama.

Así daba por concluida la primera noche en Porto, andando hacia mi hostal con una sonrisa de oreja a oreja y con muchas ganas de la jornada siguiente. Ilusa de mí, desconocía que Urfaust cancelarían su actuación, pero esa es otra historia.

 

Crónica y fotos: Xell