A finales de marzo nuestro país recibió el tour de Moonspell junto a Septicflesh, en su última fecha el tour visitó la sala Capitol de Santiago de Compostela y allí estuvo nuestro redactor JairoDC.

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El domingo 29 de marzo llegaba a Santiago el Road to Extinction tour, una de las giras más esperadas del año, comandada por los portugueses Moonspell y con Septicflesh como teloneros de lujo, en una sala Capitol que, sin llenarse, presentó una buena entrada, llegando en torno a las 500 personas.

En un horario extraño para empezar un concierto, a las 7 y media de la tarde y ante una sala todavía medio vacía, abría la noche el conjunto griego de death metal sinfónico. Parte de los asistentes, entre los que me incluyo, íbamos más por Septicflesh que por los cabezas de cartel. En mi caso, no obstante, estaba convencido de que su directo iba a decepcionarme. Por suerte, no sé si por mis bajas expectativas, disfruté del concierto más de lo esperado.

El problema de Septicflesh no está en lo que tocan, sino en lo que dejan de tocar. Estoy totalmente a favor de la utilización de samplers en directo, siempre que estos sean un complemento. Es decir, que los temas suenen bien aún sin ellos. En el caso de los griegos, hay un notable abuso de sonidos pregrabados en directo, llegando incluso a ser protagonistas durante varios minutos. Está claro que no van a girar con la orquesta que utilizan en sus discos, pero con un teclista podrían arreglar bastante los temas y ofrecer un directo más sólido.

Por si esto fuera poco, las voces limpias, que en disco las hace Seth, también fueron inexplicablemente sampleadas. Un Seth que además en algunos momentos estaba más pendiente de posar para las cámaras levantando los brazos que de tocar sus líneas de bajo.

A pesar de esto, su directo es lo suficientemente potente como para ser disfrutado. El setlist, como era de esperar, estuvo basado íntegramente en sus tres últimas obras, las que han editado desde su regreso en 2007, siendo protagonista su nuevo disco "Titan".

Comenzaban el concierto con "War in heaven", con un sonido alto de más pero bien ecualizado, permitiendo distinguir las orquestaciones sin dificultad. Enlazaban con "Communion", nuevo clásico de la banda, sin apenas pausa, tónica general del concierto. Y es que en sus 50 minutos de actuación Seth apenas se dirigió al público, mostrándose muy metido en su papel, que busca intimidar con una teatralización que va desde su ropa, a sus gestos y su voz.

"Order of dracul" fue de los temas más celebrados de su nuevo álbum, con la parte central de percusión haciendo temblar la sala. Tras ella llegaban los primeros temas de "The great mass", la que para muchos es su mejor obra, representada por "A great mass of death", "Pyramid god" y, después del tema homónimo de "Titan" y "Prototype" del mismo disco, "The vampire from Nazareth", seguramente, el tema más conocido de esta nueva etapa de la banda.

Antes de terminar, sonaron otros dos temas de "Communion", "Lovecraft's death" y "Anubis", en los que brilló su nuevo batería Kerim "Krimh" Lechner, que con apenas 26 años consiguió que nadie se acordase de Fotis, el cual después de siete años ha abandonado el grupo hace apenas unos meses.

Cerraban definitivamente con "Prometheus", mostrando la confianza que tienen en su nuevo disco, a pesar de haber obtenido unas críticas más discretas que sus dos predecesores.

En resumen, concierto disfrutable que podría haberlo sido más sin el abuso de sonidos pregrabados.

Tras un breve cambio de backline en el que pudimos echar un primer vistazo a la cuidada puesta en escena de Moonspell, con nieve artificial, columnas de humo y cráneo de carnero en la batería incluido, salían a escena los portugueses sobre las 20:45 de la noche.

La verdad, nunca he sido muy fan de Moonspell, siempre he pensado que les faltaba algo y que han ido creciendo un poco en segundo plano. Por eso, mi sorpresa tras el concierto era mayúscula. No sé si realmente estarán en el pico de su carrera, al menos en cuanto a nivel en directo se refiere, tenían una noche inspirada, o siempre han sido así, pero lo cierto es que dudo que alguien haya salido decepcionado de la sala. Y eso que no tenían fácil contentar a todo el mundo.

Venían presentando su nueva obra "Extinct", que ha suscitado reacciones encontradas entre sus seguidores, dividiéndolos entre los que agradecen el aire más moderno del disco y los que echan de menos su sonido más clásico. Sin embargo, la banda se ha atrevido a tocarlo prácticamente entero en directo, y aún así ha conseguido contentarnos a todos gracias a un setlist muy equilibrado, aunque sin término medio, dado que sólo sonaron temas de su nuevo álbum y de sus dos primeros discos "Wolfheart" e "Irreligius", celebrando además el veinte aniversario del primero.

Tras un inicio algo irregular con "Breathe (until we are no more)" y "Extinct", deslucidas por un sonido poco claro, Fernando Ribeiro se metía al público en el bolsillo diciendo que sería irrespetuoso dirigirse a nosotros en inglés cuando podía hacerlo en castellano, gallego o portugués, llevándose la primera ovación de muchas. Si además enlazan este discurso con un clásico como "Opium" a la vez que el sonido mejora, el concierto ya no podía ir mal.

Su actuación transcurrió con sus nuevos temas intercalados con clásicos. A "Awake" le seguía "The last of us" y "Medusalem", con las columnas de humo apareciendo en los momentos exactos.

Aunque todo el grupo estuvo a gran nivel, es necesario destacar a Fernando, uno de los mejores frontmans que he visto en directo. Su interpretación de los temas, con varias partes casi narradas que teatralizaba a la perfección como en "...of dream and drama", contrastaba con su cercanía con el público a la hora de presentar temas como "Funeral Bloom", haciendo continuas bromas y contando anécdotas que el público agradeció.

"Malignia" daba paso a "Mephisto", uno de los temas mejor recibidos, que antecedió a uno de los momentos más especiales de la noche, en el que, durante el solo de "The future is dark", cayó nieve artificial sobre Ricardo Amorín. Un gran recurso para amenizar posiblemente el tema que pasa más desapercibido de su nueva obra.

A partir de aquí el concierto fue una lista de clásicos. Una espectacular "Vampiria" seguida por "Ataegina", de los momentos más divertidos de su actuación, con el público y los miembros de la banda bailando. Antes del bis llegaba el punto álgido de la noche, con el himno no solo de Moonspell sino del metal portugués, un "Alma mater" estremecedor, coreado por toda la sala, y con el que a algunos incluso les salió alguna lágrima.

Cerraban sin sorpresas tras casi dos horas de actuación, con "Wolfshade (A werewolf masquerade)" y "Full moon madness", quedándose después varios minutos sobre el escenario ante un público que no dejaba de aclamarles.

Noche difícilmente mejorable, con Septicflesh cumplidores y unos Moonspell pletóricos sintiéndose como en su casa. De las mejores giras del año.

Crónica y fotos: JairoDC