El pasado viernes, Senador y Black Horde invadieron la ovetense sala Whippoorwill para ofrecer lo que sería una gran noche de rock. Hasta allí enviamos a Sacht, quien hoy nos trae la crónica y fotos de la noche.

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Una noche de rock era la que se avecinaba en Oviedo, y The DrinkTim no iba a faltar. Senador, una banda formada por miembros de Desakato, Alto Volto, Origen… nos iban a ofrecer el tercer concierto de su carrera musical. Y Black Horde sería el colofón final de una gran noche.

A eso de las 23:15, se subían al escenario Pablo y los suyos, con unas 100 personas expectantes de que podía ser este concierto. Un servidor, ha tenido la suerte de ver los 3 conciertos de esta banda, digo suerte porque aquel que le guste el estilo y no haya acudido a ningún concierto no sabe lo que se pierde. Tres veces han servido para poder realizar comparaciones, y nada se asemeja a lo que ocurrió en este concierto. “Búfalo” marcaba el pistoletazo de salida para lo que sería el mejor concierto que he visto en lo que llevamos de año. Con un sonido mucho más agresivo y contundente, Senador vino para tirar abajo el escenario. Lo que más me gusta de este grupo, es que combinan los gustos de los componentes, tienen partes de Desakato, de Alto Volto, con un Borja García que colosal se queda corto, es sin duda uno de los mejores guitarristas que tenemos en la actualidad en nuestro país, y todo esto acompañado en todo momento por el que para mí es el mejor batería de Asturias, y no hablo batería amateur ni nada por el estilo, profesional de los pies a la cabeza, Nano (Desakato).

Fueron cayendo los temas como “Chacal”, “Lobo” y versiones como “Breed” o “Looking at you” todas ellas ejecutadas a la perfección, hasta llegar a la mejor de su ep “Hiena” con la cual cerraron un concierto para el recuerdo. No entiendo como una banda así de momento no se haya desplazado fuera de Asturias, pues se merecerían llenar por donde pasen.

Tras el cambio de backline era el turno de Black Horde, un grupo al que tenía muchas ganas de ver y que la verdad no cumplió mis expectativas. Comenzaron fuertes, con un gran sonido, pero la falta de conexión con el público se hizo evidente desde el principio, exceptuando un David Cantalejo, que nos dio una lección de cómo tocar el bajo de mil formas, por problemas con su correa. Por otro lado Adri, batería, también en The Attack of the Brain Eaters, es todo un diamante que si se trabaja bien se le puede sacar el máximo brillo. Pasaban las canciones y la situación no variaba, salvo momentos puntuales de comedia por parte de David.

Por motivos personales, tuve que abandonar la sala tras 30 minutos de actuación, y la verdad que no salí con buenas sensaciones, pero recordar el concierto que habían dado Senador compensaba todo lo demás. Desde aquí pido disculpas a Black Horde por no poder ver la actuación completa.

Crónica y fotos: Sacht