El pasado 15 de febrero nuestro redactor Fernando Acero se acercó hasta la sala Bóveda de Barcelona para disfrutar del directo de Setge, Redimoni, Riot of Violence y Human Carnage. Hoy os trae su relato de la noche.

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Pocas fórmulas tan eficaces hay contra una absurda resaca de San Valentín como un concierto. Y tanto mejor si dicho show se conforma por cuatro bandas locales de un genuino death metal: Setge, ReDimoni, Riot Of Violence y Human Carnage, dando cada cual su particular visión de este potente género en una velada que prometía ser memorable.

La sala Bóveda acogía este pequeño festival que arrancaba puntualmente – poco después de las 20:00 – con Human Carnage, quienes practican un demoledor brutal death metal. La actuación pareció tomar por sorpresa a una sala aun a medio llenar: la escenografía sádica de los barceloneses, conformada por vestuarios llenos de sangre, así como por los machetes que esgrimía el vocalista Master Carnage, dejó paralizado a un público que lentamente empezó a reaccionar ante su impactante espectáculo. Desgraciadamente, su actuación no pudo realizarse en su plenitud ya que diversos problemas técnicos, como diversos fallos en la amplificación o la microfonía – lo cual ya no es ninguna sorpresa en este recinto, aunque en este caso fue por un fallo del cantante –, complicaron  los últimos minutos de una puesta en escena entretenida y, cuanto menos, original. Cabe destacar particularmente su versión del tema “Raining Blood” de Slayer, acertadísima dentro de su repertorio, y “Destroyed By Our Apocalypse”, dando así el pistoletazo de salida a una noche que todavía tenía mucho por ofrecer.

Hacia las 21:00 arrancó la actuación del conjunto de deathcore Riot Of Violence, presentando en vivo su último álbum Planet Of The Rapes. Contundencia y precisión son probablemente los mejores epítetos para la puesta en escena de una banda muy segura sobre el escenario, lo cual se tradujo en un público que despertó de su letargo y empezó a disfrutar realmente de lo que podía ofrecer este impresionante grupo. Su arranque con “I Am The Battlefield” sembraba el ambiente idóneo para empezar a hablar de lo que se supone que es de verdad  un concierto de death metal, todo ello gracias al carisma de aquellos que no necesitan recurrir a una manida pose de simpatía para agradar al público; la sobriedad no se perdió en un solo momento sobre el escenario, lo cual no fue en detrimento de la pulcra virulencia de sus temas. Apuntar, por otro lado, que se produjo la grabación en vivo de su tema “For Sound I Shall Become”, el cual consiguió tener a toda una sala entregada a la causa, cerrando así una brillante exhibición de metal en lo que personalmente fue una de las mejores actuaciones de este concierto.

ReDimoni prosiguió con su aparición cerca de las 22:00. La vieja guardia se hizo hueco a base de un thrash metal de la old school que hizo estallar a una sala que rozaba el centenar de asistentes, enloquecidos ante la maestría demostrada por este peculiar conjunto veterano ya sobre las tablas. Fue con certeza el momento más celebrado de la noche por un público atrapado en un furioso mosh. Algunos problemas técnicos, sin embargo, volvieron al apartado de los micrófonos a lo largo de su actuación, aunque no supuso nada que no se pudiese solucionar fácilmente por parte de los thrashers. Canciones como la poderosa “Desperta Ferro” o “Metalheart” hicieron las delicias de los asistentes, extasiados ante el recital de una banda que parece tener muy clara su identidad y su perspectiva ante la música.

Desde mi punto de vista, no acabé de entender la actuación de ReDimoni en el conjunto global de la noche, lo que no quiere decir que su actuación fuese carente de calidad – más bien, todo lo contrario. El único problema en esto – que por otro lado, no es nada significativo – es que entre tres bandas de un evidente corte death, el thrash de los catalanes resultaba un tanto heterogéneo en cuanto a lo que planteaba el concierto en sí. Insisto, no obstante, en la eficacia de su actuación, que en su cómputo general podría decirse que fue la más aplaudida por todos los presentes.

Lo que empezó con la sangre de Human Carnage se cerró con más sangre todavía, pero esta vez en manos de Setge. Arrancando algo más tarde de las 23:00 y con cierto retraso, el blackened death metal de los de Barcelona – que se extendió cerca de una hora – pareció convencer y mucho a una audiencia atenta y motivada que sin embargo parecía estar algo abatida tras más de tres horas metal extremo. Esto no supuso ningún impedimento para que el virtuosismo del que hicieron gala inyectase una dosis extra de energía a una asistencia con fuerzas para un último asalto en el que se evidenció el por qué Setge merecían ser cabezas de cartel. Piezas como “Sota El Setge” o una impresionante “Qüestió De Temps” pusieron el broche a un concierto lleno de una tenebrosa rabia, logrando satisfacer gratamente a todos más allá de otros problemas técnicos, esta vez centrados en la iluminación, que literalmente dejó a oscuras hacia el final de su actuación a los catalanes, quienes sobrepasaron la medianoche con sus bises.

En definitiva, una noche brillante en muchos aspectos y digna de repetición en cuanto a las actuaciones de Setge, ReDimoni, Riot Of Violence y Human Carnage, de la que podríamos destacar como único punto negativo los diversos problemas técnicos que sin embargo no lograron nublar las brillantes actuaciones de estas bandas.

Crónica y fotos: Fernando Acero