El pasado sábado Fernando Acero e Ireth decidieron empezar el mes de febrero con un buen concierto, así pues nuestros dos redactores estuvieron en la sala Bóveda viendo a los madrileños Time Symmetry y a los locales Face the Maybe.

¿Quieres saber cómo fue la noche? ¡Entonces no te pierdas esta crónica!

 

 

El pasado sábado 1 de febrero, TheDrinkTim fue invitado a un evento protagonizado por tres bandas que prometían una noche de metal progresivo en plena esencia: Face The Maybe, Time Symmetry e Inner Xpose.

Tomando por escenario el de una sala como la barcelonesa Bóveda, el concierto empezó con una extrema puntualidad, hasta tal punto que la apertura de puertas, a las 21:00 horas, se correspondía con la hora de inicio del concierto, lo cual dice mucho (y no a favor) de la organización de una sala que se apresuraba a marchas forzadas a cumplir a rajatabla unos horarios estrictos y restrictivos.

Dada nuestra falta de previsión, esto nos tomó por sorpresa y sólo pudimos asistir al último tema de la banda que abría la velada, Inner Xpose. Desde aquí queremos pedir disculpas a los miembros del conjunto por nuestro fallo; nos hubiese encantado poder asistir puntualmente a su actuación, que por lo poco que pudimos oír, fue muy enérgica. Cabe decir que tampoco esperábamos una actuación de apenas veinticinco minutos de duración, lo cual, personalmente, me resulta desproporcionado sabiendo que las otras dos bandas contaban con una hora sobre las tablas.

No obstante, rápidamente se pudo percibir un error que a duras penas se pudo subsanar a lo largo de las actuaciones de Time Symmetry y Face The Maybe: la microfonía se encontraba a un nivel de volumen muy bajo, lo cual tampoco se presenta como novedoso en esta sala, cuyo sonido en sí no es la octava maravilla. También podríamos hablar de la poca calidad de la iluminación de la sala Bóveda, pero eso mejor se lo dejamos a los expertos que de verdad puedan opinar sobre esta clase de tecnicismos.

Bien sabiendo esto, Time Symmetry prosiguió con su actuación, que empezó a las 22:00.  Los madrileños presentaron su último trabajo, Tetraktys, con una clara influencia del estilo de Dream Theater. Su actitud sobre el escenario, tensa inicialmente, pronto derivó hacia una confianza y soltura propia de aquellas bandas ya experimentadas en este sentido, lo cual se reflejaba en una ejecución impecable desde el punto de vista más técnico.

Desgraciadamente, todos los intentos de la banda por agradar a un público (conformado por medio centenar de asistentes) absolutamente estático cayeron en saco roto. La bien intencionada actitud de los progresivos no acabó de cuajar muy a pesar de sus diversos esfuerzos; ni sus pasajes instrumentales aludiendo al “Concierto de Aranjuez” en su tema “The Conqueror”, ni su versión de “Nobody’s Laughing” de los suecos Freak Kitchen, ni tan siquiera su originalidad en la percusión de las cuerdas de la guitarra mediante una taladradora fue suficiente para una asistencia que parecía tener claro que la banda de interés era Face The Maybe. Por mi parte, valoro muy positivamente los intentos de un conjunto que apunta maneras y que merece que no se le pierda la pista.

A las 23:00 tuvo lugar la última (e imagino que la más esperada) actuación de la banda local Face The Maybe. El virtuoso estilo de los barceloneses, a medio camino entre el mathcore y el metalcore, pareció deleitar al público, que no obstante tampoco mostró un gran entusiasmo más allá de las dos primeras filas. Tal vez la pose excesivamente asumida de algunos de los miembros de la banda les llevó a cometer algún que otro fallo (subsanable por otro lado, nada garrafal). Cabe destacar la excelente interpretación de su nuevo single, “Seth”, cuya ejecución en vivo resulta una auténtica lección magistral de lo que este género debería ser.

Enérgicos y dinámicos sobre el escenario, no les costó hacerse con el tímido favor de los asistentes, apoderándose de los elementos con los que contaban, llegando incluso a trasladar la atención del público sobre la barra de la sala, sobre la cual interpretaron su bis Tomás Cuñat (vocalista del conjunto, quien presentó al nuevo samplista de Face The Maybe, Sebastian Budding, debutante en este concierto) y Eimel Nisrain, guitarrista de la banda. A pesar de la apoteosis que supuso este último tema y las peticiones de otro bis, la banda tuvo que despedirse tras una intensa hora repleta de furia sobre el escenario (dadas las órdenes de la sala).

Una buena noche de metal underground que sin embargo me deja con la clásica pregunta que me suelo hacer al salir de las salas de conciertos: ¿qué más se supone que se debe hacer para que bandas de semejante calidad reciban una asistencia verdaderamente cuantiosa y acogedora? ¿Deben realmente conformarse estos grupos con unas pocas decenas de personas en el público? Francamente, no deberían. Claro que tampoco se me ocurre qué prodigio podría cambiar esta deplorable tendencia. Una verdadera lástima.

Crónica: Fernando Acero

Fotos:  Ïrêth