El pasado sábado Leo Jiménez estuvo presentando su último disco en Madrid rodeado de grandes amigos. Nosotros no nos lo quisimos perder y aquí os traemos el relato de la noche por parte de nonamed.

¿A qué esperas?

 

 

Iba con muchísimas ganas de ver a Leo Jiménez en directo ya que iba a presentar lo que para mí es su disco más completo musicalmente: “La Factoría del Contraste”. Y es que a pesar de sus defensores y sus detractores, Leo es una de las mejores voces del metal español. Y no digo la mejor, porque es muy subjetivo.

El sol ha pegado fuerte durante todo el día y las mangas cortas y los vestidos veraniegos hoy han sido las ropas más predominantes. Y es que a las 20:15, hora en la que abrieron las puertas, ya había una cola más que importante para entrar en la sala. Yo, que aún peco de ingenuidad, pensé “qué bien, yo creo que para las 21:00 ya estaremos saltando con el grupo”. Ni de coña. 21:28 marcaba el reloj cuando la banda al completo empieza a soltar su primeros trallazos y que comenzaron por ese temazo que se titula “Con razón y sin razón”. La sala Penélope bastante llena, algunos niños acompañados de sus padres y mucha gente que no tenía aspecto heavy. Interesante.

Quiero hacer un inciso antes de nada. Yo dividiría el concierto en tres partes. Una primera parte muy guitarrera con el propio Leo dándole a las seis cuerdas, una segunda parte que llamaré la de los pogos, y la tercera parte, y para mí la más emotiva de todas, los bises.

La primera parte fue muy disfrutable. Un sonido perfecto, arrollador, un Leo Jiménez que se come el escenario, un público entregadísimo. A la ya mencionada se sumaron otras como “Desde niño”, “Misantropía”, “Hambre” y la colaboración de la gran Patricia Tapia de KHY en el tema “Volar”. Todo fue muy correcto, incluso se tocó esa preciosa balada que se titula “Vuela alto” y que es pura fuerza en directo.

 

Y aquí llegó la parte que a mí no me gustó. Toni Mero, cantante de Cuernos de Chivo salió al escenario para interpretar tres canciones: “No hay más canciones para ti” que estuvo muy correcta, “El Dilema” y “Soy Libertad”.  El problema es que debían de estar todos los incivilizados allí metidos. Toni animó a hacer el pogo, lo cual está muy bien, tú te apartas, dejas que los salvajes hagan de las suyas, y ya. Pero lospogos ya no terminaron y yo tuve que salir de la zona central de la sala, porque allí no respetaban nada. Era tal el incivismo que me llegaron a pedir fuego para encender un cigarro, el cual encendieron. Y no uno.

A partir de ese momento, para mí el concierto bajó de nivel. Y es una pena, porque contaron con las colaboraciones de Tanke Ruíz de Fiebre en “Bebe de él”, único tema que sonó de su etapa con 037. Cuando volví al centro a intentar disfrutar del concierto, durante la versión de “NeonKnights” de Black Sabbath y que sirvió de homenaje a Dio, me di por vencido, porque allí no había quien estuviera (pogos y más pogos), así que el resto del concierto lo vi apartado. Sonaron temas como ese baladón llamado “Caballo Viejo”, “Tu destino” de su “Animal Solitario”, la versión de “Hijo de la Luna” de Mecano que tan bien arregló Pepe Herrero para Stravaganzza, “Keroseno”, otra versión, esta vez de “Ojos así” de Shakira.

 

En los bises volví a engancharme al concierto. Manuel Ibáñez de Medina Azahara nos deleitó con sus teclas en los temas “Qué tendrás” versión de David Bisbal, “Es por ti” versión de Cómplices y para mí aquí llegó el mejor momento de la noche. Algo que consiguió no sólo ponerme los pelos de punta, sino que llorara. Leo presentó a su compañera en el musical “Jesucristo Superstar” y que interpreta a María Magdalena. ¿Su nombre? Gema Hernández. Bordaron “Que me digas ven”. Es algo que aún me pone los pelos de punta mientras escribo esto. Lleno de sentimiento, de conexión entre ambos, de expresividad y encima con Manuel Ibáñez en el teclado. No sé, para mí ese momento merece un concierto entero.

El show termina con “Resurrección” de su época en Saratoga. Pero si os digo la verdad, yo seguía aún en el anterior tema.

 

Un concierto muy agridulce por culpa de cuatro buscabroncas que fueron llamados a escena y que ya no se fueron. Leo es La Bestia, y es que lo que consigue con su voz es pura magia y encima se rodea de un grupo de músicos y colaboradores que son de quitarse el sombrero. Edu, Carlos, Antonio y Rufo son cuatro excelentes músicos y sobre todo muy profesionales. Y a veces, esto último, es difícil de encontrar en un escenario.

Para terminar me gustaría pedirle a Leo algo especial: un disco de versiones metal de canciones pop y si es doble, mejor.

 

Crónica por nonamed.