El tour "1000 Golpes" de Dünedain llegó el primer sábado de octubre a Oviedo. Junto a la banda abulense estuvo el combo asturiano Monasthyr y para no perderse un detalle, nuestro redactor Sacht.

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El pasado sábado 4 de octubre nos dábamos cita en la sala Whippoorwil de Oviedo para asistir a un concierto de power metal de una banda que desde su última visita a Gijón junto a Zenobia no había pisado tierras asturianas.

Así pues a eso de las 21:30, la banda local, Monasthyr arrancaban con una fuerza descomunal, con un Jorge sublime y una puesta en escena encomiable conectando en todo momento con las 50 personas que allí se daban cita, todas ellas entregadas desde el primer momento con la banda. Sonaron temas como “Tu piel”, “La erosión de mis lamentos” o “El circo del horror” donde se vio un grupo muy compenetrado, sin nada que envidiar a las grandes bandas de power metal nacionales. La versión “Enter Sandman” parecía poner fin a un concierto donde el grupo se dejo todo lo que tenía en su mano para ponérselo muy difícil a Dünedain. No fue otra que “Bajo los restos” la que culminase el concierto, con un público gritando “Monasthyr, Monasthyr…”

Tras los quince minutos de rigor, Dünedain daban los primeros acordes de “Buscando el norte”. El público se había enfriado y Toni tenía la difícil tarea de calentarles algo que no sucedió hasta los últimos temas debido al escaso movimiento del grupo, y una conexión pobre con el público. Tras “Fiel a mi libertad” o “Jugando a ser Dios” el grupo se iba calentando, con un Toni poco acertado debido a unos tapones que no le dejaba escuchar 100% su voz lo que le llevaba a elevarla por encima de lo necesario.

Presentándonos su nuevo single “Melancolía” el grupo demostraba que en cuanto a música se refiere pocos rivales tienen, debido a un respeto del tiempo excelente y un Toni a la guitarra sublime en cuanto a solos se refiere. Con “Por los siglos de los siglos” parecía llegar el final de un concierto donde ahora ya sí el público se acercó un poco más al escenario y parecía conectar con el grupo, pero no fue hasta “Corazón de Invierno” con la que cerraron el concierto, en el que el público estaba entregado por y para Toni.

Así pues llegamos al final de una velada grande de power metal, donde vimos un grupo como Monasthyr con una actitud encomiable y unos Dünedain que si bien es verdad les falta la puesta en escena, musicalmente estuvieron geniales.

Crónica y fotos: Sacht