Kadavar visitó la semana pasada Gijón, un concierto muy esperado en el que la banda volvió a dejar un buen sabor de boca, acompañada esta vez por The Picturebooks. 

Hasta allí enviamos a NachoGS, quien hoy nos relata lo acontecido en la Sala Acapulco.

 

 

El pasado martes daba inicio en Gijón la gira española de Kadavar, en la que están presentando su último trabajo “Abra Kadavar”, en compañía de sus compatriotas The Picturebooks.

Los encargados de iniciar la velada fueron The Picturebooks, dúo berlinés de blues-rock que se subía al escenario de la Acapulcoa eso de las 21.30 h, mientras un buen número de barbudos continuaban entrando en la sala.

The Picturebooks tocaron unos cuarenta y cinco minutos, durante los cuales desgranaron su disco de estudio “The Imaginary Horse” en un show de lo más atípico.

Desplegaron un sonido realmente crudo, con unas percusiones muy marcadas y primitivas, cosa que ya se intuye sólo con echar un ojo al extraño set de batería de Philipp Mirtschink, toda una bestia aporreadora, que se sirve tanto de las típicas baquetas, como de mazas o de sus propias manos para tal fin.
El otro integrante del dúo Fynn Claus, se encarga de la guitarra y la parte vocal, una propuesta que a decir verdad no logró conectar del todo con el público asturiano.

Después de abrir boca con The Picturebooks llegaba el turno del plato fuerte de la noche, la actuación de Kadavar, que al filo de las 22:30 h salían a escena con la batería de Tiger colocada en el centro, al borde mismo del escenario, lo más cerca posible del público.

Los altísimos músicos comenzaron a desplegar su hard rock clásico con sonidos “retro” propios de finales de los años 60 y principios de los 70, arrancando con “Liquid dream” de su último disco de estudio “Abra Kadavar”.
Desde el primer momento vimos que no iban a darnos un respiro, sobrios y al grano con la Epiphone SG de Lupus escupiendo riffs y la base rítmica compuesta por Tiger y Simon a todo trapo.

El batería Tiger era el centro de todas las miradas, gracias a su energía y a su técnica de la vieja escuela, mientras el altísimo bajista Simon “Dragon” permanecía inmutable, evitando en todo momento el contacto visual con el público, aunque lo que de verdad llamaba la atención era el hermoso bajo Gimberbeker de color blanco que portaba.

Así se fueron sucedieron los temas como “Broken wings” o “Black sun” prácticamente sin mediar palabra, creando una atmósfera densa en la Acapulco que solo se rompía con algún tímido agradecimiento por parte de Lupus entre tema y tema.
Uno de los momentos álgidos de la noche fue cuando sonó la hipnótica “Come back life”, que con sus cambios de ritmos hizo vibrar a toda la sala, justo antes de que se despidieran por primera vez.
A los pocos minutos volvieron al escenario, momento en el que Lupus anunció que tocarían dos temas más ante el regocijo del público.Y los dos temas fueron “Creature of the demond” y “Purple Sage”, ambas de su primer disco, con el que pusieron punto y final a una meritoria actuación.

A la hora de despedirse Tiger se fue con seis baquetas en la mano, sin tirar ninguna al público, un público asturiano que había respondido en buen número a la cita con Kadavar, sobre todo tratándose de un martes.

¡Va de retro satanás!

 

Crónica y fotos: NachoGS