El pasado viernes el madrileño Café Berlín recibió una nueva "master class" de guitarra gracias al paso por su escenario de Jorge Salán y su banda. Un evento que nuestro redactor nonamed no quiso perderse y hoy nos relata en esta crónica.

¿A qué esperáis?

 

 

Fin de semana madrileño plagado de conciertos de rock. Y uno de los músicos fue el grandísimos guitarrista JORGE SALÁN. Y sí, permitid que lo ponga en mayúsculas, porque considero que cada vez que se pronuncia ese nombre en la escena, deberíamos todos dar un aplauso. Por si algún quedan despistados que no conocen su nombre, Jorge Salán es uno de los guitarristas más reconocidos de este país. Un hombre, que comenzó su carrera en 2002 con veinte años, y que poco a poco, a base de elecciones acertadísimas (Mägo de Oz, Jeff Scott Soto, Avalanch), ha ido creciendo, tanto como persona como músico.

El Café Berlín, era el escenario elegido para el show del guitarrista madrileño y su Majestic Jaywalkers. Un local que derrocha elegancia por los cuatro costados, y que si es la primera vez que asistes, es posible que te sorprenda que incluso te sirvan las consumiciones en tu propia butaca. A mí al menos, la primera vez, lo hizo.

Sobre el concierto en sí. Pues que Jorge Salán y su banda volvió a arrasar. Porque además, hubo gente que se quedó fuera sin entrada. Y eso, podría ser sinónimo de que la cultura cambia, pero no, rotundamente no. Como bien recordó el músico, el número de festivales y ayuntamientos que les han contratado este 2018 son cero. Uno de los mejores guitarristas del país, y ni medios ni ayuntamientos se interesan. Nada más que hablar, señores.

Para acompañarles, de nuevo el carismático Luisma Hernández al bajo, un músico que inspira control, confianza, que todo va a salir bien y que por cierto, es el nuevo bajista de Obús. Por otro lado, Edu Brenes, un batería que se adapta a mil situaciones. No obstante, es el batería de SkunkDF. Y allí, los tres, nos ofrecieron un auténtico recital de blues, de soul, de rock (con solo de batería incluido) y de simpatía. Porque a Jorge Salán, es una gozada verle disfrutar del escenario, tanto como al público. Porque cada día tiene mejor voz y nos ha callado hace tiempo, a los que no confiábamos en su faceta vocal. Y porque se toma un chupito de Jagermeister si le apetece, yendo a la barra, y pidiéndolo. Porque para eso es Jorge.

Temas clásicos como “The Thrill is Gone” de B.B. King, “Leave My Girl Alone” de Stevie Ray, “Key To Love” de John Mayal sonaron en el Café Berlín. Temas propios como “Face to Face” o “Subsuelo” con el recuerdo a Miguel Ríos. El concierto terminó con “La Grange” de ZZ Top y “Rockin’ All Over The World” de Status Quo donde el propio Salán invitó al público a que subiera con él. Si hay que poner un pero, diría que espero ver más temas suyos y menos versiones.

La verdad es que, fuera de la calidad musical, Jorge Salán es un gran tipo que se desvive por su público y lo demostró yendo a la zona de merchandising a firmar discos o hacerse fotos. También, dar las gracias de nuevo a Duque Producciones, porque siempre nos facilitan todo.

No me queda mucho más que añadir de la noche. Simplemente, que si podéis os acerquéis a disfrutar de Jorge Salán y Majestic Jaywalkers. Porque no te van a ofrecer un show de luces, sonido y pirotécnica, pero te van a conquistar otras mil y una facetas.

Dales una oportunidad, y si no te convencen dales otra.

 

Crónica y fotos: nonamed