El pasado jueves Exceso presentó en Madrid su último disco "Rimas y Rock" y hasta la sala El Sol se fue nuestro redactor nonamed para disfrutar de una noche de rock.

¡No os perdáis esta crónica! 

 

 

Exceso fue una de las bandas de rock urbano con más calidad de los últimos años. Con una voz llena de personalidad y unos sonidos que daban un nuevo giro a la rueda del propio rock callejero, habían publicado dos discos cuando el grupo desapareció. Pero los miembros del mismo no habían estado escondidos bajo las piedras, sino que habían seguido con sus proyectos. En especial Ferrán, su vocalista, que nunca ha parado de reivindicarse como un frontman diferente.

 

A finales del año pasado se anunciaba el regreso de la banda con nuevo disco de título “Rock y Rimas” y su correspondiente gira. Después de varias paradas por fin llegaban a Madrid, a la mítica sala El Sol donde a las 21:40 después de la intro, arrancaban los primeros acordes de “Que Sonrías Para Mí”, título que abre el propio disco. Y desde el primer momento la fuerza, la ilusión y todo ese desparpajo que desborda Ferrán llenó la sala ganándose al público desde el minuto cero. Incluso compartiendo su bebida o echándose unos bailes inquietos. Porque él mismo es capaz de llenar una sala en la que medio centenar de personas coreábamos los temas. Por otro lado, está Miguel Pino, su guitarrista. Un tipo que tiene la guitarra como una prolongación de su cuerpo. Con elegancia y virtuosidad acaricia el mástil del instrumento deslumbrando a todo aquel que estaba allí. Para este lucimiento sirvió “Mientras el Mundo Viene y Va”. Pero no sólo de individualismo vive Miguel, porque él y Ferrán son el combo perfecto para engancharte a su música, a su show. A un espectáculo que te gustaría repetir todas las noches. Txabi y Robin, la parte rítmica del grupo, quizás destacan menos en el aspecto físico del show, pero su trabajo con batería y bajo respectivamente, es totalmente patente en todo el concierto.

 

Por allí sonaron canciones de los tres discos. Canciones emblemáticas como “Rojo Arte”, “Delirios” o “El Hambre y la Raíz”. Y otras canciones que, a pesar de ser nuevas, ya casi son imprescindibles como la grandísima “Corriendo Entre las Balas” o “Cenizas y Aciertos”. Todas en formato eléctrico. Y ahí creo que el grupo falló. Bueno, quizás decir que falló no es lo más apropiado, porque realmente ellos lo hicieron bien, pero alguna versión acústica de las que aparece en “Rimas y Rock” no habría desentonado nada.

No había tenido la oportunidad de disfrutar de los catalanes Exceso en directo y reconozco que me llevo una muy grata experiencia. Divertidos, dinámicos, con muchas tablas sobre el escenario y sobre todo con un directo de los que pocos pueden presumir. Además, conseguimos aislarnos de todo el ambiente futbolero que en el centro de la capital se fraguaba aquel día. Todo son ventajas.

 

Dales una oportunidad, y si no te convencen dales otra.

 

Crónica y fotos: nonamed