Comenzamos hoy nuestro repaso a la última edición de Vagos Open Air, celebrada el pasado agosto y que para su primer día contó con bandas como Amorphis, Within Temptation o Heaven Shall Burn.

¿Quieres saber qué se coció allí?

 

 

En el parque municipal de la Quinta do Ega, en la pequeña localidad portuguesa de Vagos y a pocos kilómetros de la turística Aveiro, se celebra desde hace ya seis años el festival Vagos Open Air. Un fin de semana al año en el que la tranquila villa se convierte en el epicentro de la música metal en el país vecino y dónde gran cantidad de fans, tanto nativos como de otros países, se reúnen para ver a sus bandas favoritas sin el agobio de las multitudes de otros festivales más mayoritarios como pueden ser el Resurrection o el Leyendas del Rock en nuestro país, o el Hellfest o Wacken fuera de lo que viene siendo la península.

En esta ocasión nos hemos desplazado a la pequeña localidad lusa para disfrutar de las comodidades que ofrece un festival de este tipo, con bandas de primer nivel mundial como Amorphis, Black Label Society, Overkill o Bloodbath y en donde las colas interminables, la comida basura, los altos precios y otros muchos inconvenientes que encontramos en los grandes festivales, desaparecen para hacernos la estancia mucho más que agradable en todos los sentidos.

Comenzando por el recinto, A Quinta do Ega es un parque natural con espacio de sobra para las dos zonas de acampada, una arboleda sombreada pero algo más distante y un parque con pocas sombra, nada que no solucione un buen toldo, pero a menos de un minuto de la puerta de los conciertos. A eso le sumamos un recinto de conciertos con un solo escenario totalmente equipado, punto a favor para los que gustan de ver todos los conciertos sin tener que cambiar de escenario. También, dentro del mismo recinto de los conciertos encontramos una zona con varios puestos de merchandising a precios más que asequibles y otra para comer y beber a gusto, totalmente integrada, desde dónde puedes ver los conciertos, con una oferta gastronómica no muy amplia pero de una calidad espectacular y unos precios que en España nos tomaríamos a broma, como son las cervezas a un euro y medio o los combinados, solo disponibles a partir de las diez de la noche, a tres euros.

También mencionar que la atención recibida allí por todo el personal involucrado en el evento, incluidos barras, merchand, puestos de comida, seguridad de las puertas y de foso, bomberos, y demás fue increíble. De diez. Muy mal nos están acostumbrando en nuestro país y en otros festivales internacionales a tratar a la gente como ganado o a ofrecer pobres servicios a precios altísimos. En Vagos Open Air, las veces que hemos ido, siempre obtuvimos un trato óptimo que ayuda enormemente a la experiencia del festival y te hace querer repetir año tras año. Y dicho esto vamos a contaros cómo fue nuestra experiencia de este año.

 

Llegamos el viernes bajo un brillante sol en el cielo pero con un viento huracanado que hizo que sacáramos a relucir nuestras mejores habilidades de campistas para plantar la tienda, como no, clavando las piquetas con una piedra porque lo del martillo es para novatos. Debido al adelanto de una hora en todos los horarios de ese día, por culpa de la agenda de los Within Temptation, nos dimos cuenta de que se nos había echado el tiempo encima y que llegábamos tarde. Los encargados de abrir el festival habían sido los lusos Scar for Life, pero tanto a ellos como a los siguientes en salir, los también portugueses Moonshade, nos los habíamos perdido, solo pudiendo decir de ellos que en el recinto había bastante gente y a la que le preguntamos estaba muy contenta con lo que habían sido las actuaciones. Prometemos no perdérnoslos en futuras citas.

Eran alrededor de las seis de la tarde y comenzaban los conciertos del festival para nosotros con el djent de Vildhjarta. Los suecos estuvieron bien en líneas generales, con un estilo math metal mezclado con un sonido que recuerda mucho a Meshuggah, ayudan a crecer a este género que aún no está muy extendido entre los fans más clásicos. Con instrumentos con demasiadas cuerdas, como dicen los que no saben, intercalaron canciones de sus dos EP hasta la fecha abriendo con "Benblåst" de su primer trabajo Måsstaden del que también sonaron temas como "Shadow" o "Dagger". De su segundo EP, Thousands Of Evil pudimos escuchar entre otras, "Introduction: Staos" o "Längstmedån" para luego volver al primero y cerrar con "All These Feelings", el público contento y la banda con un buen sabor de boca. Quizás como único pero, las voces de Vilhelm Bladin, uno de sus vocalistas al que parecía como si al estar sin camiseta le hubiera cogido el frío, porque fue el único que no estuvo a la altura a nuestro parecer.

 

Continuaba la tarde y llegaban los platos fuertes. Heaven Shall Burn serían los siguientes en salir a escena y, casi sin tiempo para ir a por un refrigerio, nos sorprendía su vocalista Marcus Bischoff en el escenario para empezar a meterse al respetable en el bolsillo y bromear con la gente mientras realizaban unas pruebas de sonido que no habían podido acometer antes debido al cambio horario del cartel y un problema en el aeropuerto. Nosotros estuvimos presentes en la pasada edición del Resurrection Fest, además de en contadas ocasiones anteriores, con lo que ya sabíamos de antemano de lo que esta banda alemana era capaz, así que elegimos un buen sitio y nos preparamos para toda la adrenalina que desprenden.
No nos equivocamos y efectivamente los Heaven Shall Burn saltaron a las tablas como un auténtico vendaval con "Counterweight" para deleitarnos con un concierto en el que el potente sonido se peleaba con el fuerte viento, llevándose la batalla el primero para disfrute de los presentes, quienes como buen público portugués, comenzaron con los circles y mosh pits desde las primeras notas. Sonaron todos los grandes temas de los veinte años de carrera que llevan los alemanes, así que no faltaron himnos como "Hunters Will Be Hunted", "Black Tears" o "Endzeit" que sonaron entre un público entregado a los wall of death y a los pits como si no hubiera un mañana.

El detalle simpático a la par que tierno del concierto, lo puso el vocalista Marcus al subir al escenario a una niña pequeña que andaba por allí, subida al cuello de su padre disfrutando del concierto. La pequeña, en vez de amilanarse aún se animó a hacer algo de headbanging delante de un público entregadísimo durante uno de los temas finales. Con "Like Gods Among Mortals", de su último trabajo Veto se despedía Heaven Shall Burn después de un concierto memorable. Otro más.

 

El turno siguiente para subir al escenario, de la ya entrada noche portuguesa, iba a ser para los finlandeses Amorphis, en un show especial por el Tour del 20 aniversario de la banda, en que tocarían uno de los álbumes que los encumbró en la música Tales From The Thousand Lakes. Efectivamente y comenzando con "Into Hiding" tocaron uno detrás de otro todos los temas incluidos en el disco salvo la instrumental "Thousand Lakes", con un estilo bastante distante del que actualmente practica la banda en sus discos y directos más tradicionales.
Un sonido más cercano al heavy metal que al death melódico que les supuso disparidad de opiniones entre el público. Aunque no se quedaron solo en los temas de ese disco y también tuvimos oportunidad de escuchar canciones como "Better Unborn", "My Kantele" o "Folk of the North" también de su época más joven y que no acostumbran a tocar asiduamente, para despedirse con una cover de una banda de su Finlandia natal como es el Vaivaistalossa de Eläkeläiset, y un público dividido entre los que les gustaba más el estilo de los Amorphis de ahora que esa versión antigua de la banda.

 

Solo faltaba lo que para los menos amigos de lo brutal sería el plato fuerte del día, Within Temptation. Los fans de lo gótico y lo melódico que silbaron a Amorphis o a Heaven Shall Burn anteriormente se iban a quedar a gusto por fin, y los demás podrían aprovechar para cenar viendo un espectáculo de luces más que digno de fondo.

Pareciese que las temperaturas bajasen radicalmente cuando empezó a sonar la intro y todos los miembros de la banda con su preciosa vocalista Sharon Den Adel, tapada con una capa que no tardaría en quitarse, saltaron a escena, pero rápidamente el público empezó a moverse con las primeras notas de "Paradise (What About Us?)" a la que siguió uno de sus temas más conocidos como es "Faster". Sonaron canciones como "Stand My Ground", "Angels" o "In the Middle Of The Night" acompañadas de unos espectaculares juegos de luces dignos del comercialismo que acompaña a la banda. Tras "Summertime Sadness", cover de Lana Del Rey y varios temas más que fueron acompañados por el mejor sonido de la jornada, desaparecieron del escenario para volver pocos segundos y cumplir con sus muchos fans allegados al festival y despedirse con dos himnos de la banda como son "Covered By Roses" y "Ice Queen". Concierto, que como el anterior, dejó a un público dividido en gustos entre los que prefieren lo melódico y los que disfrutan más de la caña.

Tras ir a meternos algo al estómago y compartir unas espirituosas con los amigos esperando a que el DJ se dignara a pinchar algo de música decente, nos retiramos a dormir y dimos por cerrada una muy grata primera jornada de festival y esperando a la siguiente que prometía ser brutal con los amigos de Mutant Squad presentes en el escenario.

 

Crónica: Pif
Fotos: Inma