El pasado viernes 4 de abril nuestra redactora Ireth estuvo de nuevo en el centre civic de Can pantiquet de Mollet del Vallés para presenciar otra de las semifinales del DevilFest. Se trataba de la última y por lo tanto, no se la podía perder.
Hoy nos trae el resumen de la noche que nos brindaron Symmetric Chaos, Khaos Origin, Axter, Black West y Lèpoka ¡No te pierdas esta crónica!
¡Last round!
Un mes ha pasado desde la primera semifinal del DevilFest, han sido tres rondas por las que han pasado 15 bandas, algunas se han caído del cartel, otras se han recuperado en otra semifinal pero todas han luchado por lo mismo: un puesto en la tercera edición de este festival organizado por la asociación AMAM.
El viernes 4 de abril cerraban las semifinales. Pasaría de ronda por la via directa una tercera banda y también se daría a conocer quien había repescado el jurado. Fue una noche larga así que sin más dilación, aquí os dejo mi breve resumen.
Rompiendo la dinámica de las otras dos semifinales, esta vez los primeros no fueron los ganadores (aunque poco les falto pues tuvo que desempatar el jurado). Symmetric Chaos abrieron una noche en la que el sonido se llevo parte del protagonismo de nuevo, haciendo especial hincapié en este primer cuarteto. Una lástima.
El sonido no ayudó a que su propuesta acabara de cuajar tampoco pues en los primeros temas costaba definir que es lo que estábamos escuchando. Una vez pudimos apreciar que sonaba nos encontramos con una música que intenta asemejarse a lo que pueden ofrecer conjuntos como Trivium, Metallica e In flames pero salvando las diferencias. Poca originalidad en las composiciones a mi parecer y una puesta de escena no del todo convincente. Buenos en ejecución pero les faltó un poco de actitud de cara al público, aunque si bien es cierto que Daniel a la voz y guitarra y Guillem con la rítmica se implicaron, más bien parecía que estuvieran en su particular mundo, algo que predominó en chechu al bajo.
Una batería cañera, con un Javi mostrando un más que buen nivel, melodías cercanas al metal moderno pero demasiada similitud con sus principales influencias, destacando las tres anteriores. Podrían haber hecho más participe al público de lo que mostraron. No obstante tampoco fueron almas en pena en el escenario, se movieron y conectaron pero del velo que separa la tarima del público para dentro.
La noche siguió de la mano y energía de Khaos Origin, anteriormente conocidos como Insanity, los vencedores tras desempatar con Symmetric Chaos. Era la hora del metal extremo de potentes descargas y poderosos riffs. Tras unos primeros compases podríamos concluir erróneamente que estamos ante un conjunto de melodic death metal más, no obstante bien es cierto que los rápidos riffs de Estanis y Anna (más los solos de esta última) te recuerdan en ocasiones al mundo del thrash. Y eso es lo que intenta Khaos Origin , alejarse de encasillarse en ser algo más dentro del género, añadiéndole toques de otras vertientes a priori más lights, algo que aún pueden enfocar mejor. Aunque debo reconocer que el sonido no acompañó mucho y el efecto bola precisamente no es bueno para quedarte con los detalles que marcan diferencias.
En cuanto a la puesta en escena, optaron por intentar implicar al público aprovechando que se habían acercado conocidos. Había poca gente, eso nadie lo pondrá en duda, pero aún así Sandro, que se mostró radiante y agradecido todo el show, no dudo en montar una mini wall of death con los cuatro gatos que se prestaron y él mismo. Si algo hay que retribuir al directo en sí es que quizás el propio Sandro tira demasiado del carro, no es que los otros no tengan presencia en escena, pero sencillamente su entusiasmo natural les eclipsa un poco.
Las horas iban pasando y la semifinal se iba alargando, el cambio no resultó fácil y la entrada de Lèpoka se hizo esperar, algo que enfrió la sala. Eso duraría muy poco con el buen hacer de los valencianos.
Desde Valencia señores llegaron Lépoka prometiendo una gran velada y respetando esa promesa. Los chicos llenaron el escenario de carisma y de gente (no en vano, son siete personas). Lo suyo fue hacer un cambio radical de género y hacer entrar al público en el trapo, aunque solo fuera un sector reducido, con melodías que te invitaban a bailar al estilo medieval. Magö de oz sería la banda en la que cualquiera pensaría al escucharles, aunque otra vez salvando diferencias en cuanto a técnica. Por cierto me me remonto a los Mago que merecían la pena (hace mucho tiempo en una galaxia muy lejana y apartada de Gaia…).
Sus influencias no obstante se mueven por el pagan metal y el folk más clásico, desde Koorpiklani hasta Ensiferum, y una vez prestas total atención notas que el más representativo es la época juglar de Saurom. En cuanto al directo…enérgicos, alegres, dinámicos y cercanos, así son Lépoka. Dueños de un folk alegre que ha sido creado para animar y bailar. Voz, violín, dos guitarras eléctricas, un bajo, una batería y una flauta. Una combinación instrumental a tener en cuenta sobretodo viendo el entusiasmo con el que tocan los dueños de los instrumentos, toda una gozada fue ver a Dani, Samu y Zarach intentando moverse para emparejarse.
Tras la diversión que fue el directo de Lépoka entramos al mundo del stoner de Black West. Salir tras Lépoka no creo que les beneficiara, a diferencia de los primeros que tienen un estilo muy marcado para la fiesta, el de Black West se queda en algo más técnico, agresivo eso si pero sin ese toque de adrenalina.
El cuarteto proviene de Barcelona y tiene un álbum en su haber titulado “Lonley Crowd”. Su propuesta recuerda a conjuntos del otro lado del charco, de donde se originó el stoner. Porqué eso son Black West, una fusion del hard rock clásico con el stoner, llegando incluso a ritmos más típicos del metal en ocasiones. Guitarras graves, riffs crudos, un bajo con un sonido pesado y una batería que marca tempos medios.
Los temas que presentaron tienen sus contrastes melódicos, sobretodo en lo que la voz de Jose se refiere. No obstante la mayoría de los temas siguen la misma pauta y creo que un poco de variedad en cuanto al ritmo aún les daría más calidad. Técnicamente más que correctos, su pega fue una puesta en escena en la que no conectaron con el público. Con algo más de dinámica de grupo e implicación de cara al público quien sabe que pueden hacer.
La noche la cerraría el conjunto técnicamente más antiguo. Axter se formaron en 1987 pero por cosas del destino se separaron. Hace relativamente poco volvieron a la carretera rescatando antiguos temas además de traer bajo el brazo otros nuevos. La semifinal del DevilFest era una de las paradas para mostrar de nuevo al público que han vuelto para quedarse.
Desconozco quienes formaban el pasado de Axter así como quienes siguen con las pilas cargadas, lo que si se es que experiencia tienen e hicieron gala de ella para echarse el show a las espaldad. Descargaron durante poco más de media hora su heavy metal bajo la ímpetu que le pone Ían, quien terminó sin camiseta y yo me atrevería a decir que ni se dio cuenta de cuando se la quito de lo metido que estaba en su papel. Técnicamente dejaron claras sus dotes y quizás el que sobresalió más fue Antonio Guirao, quien nos deleito con unos riffs que beben del heavy metal más clásico.
La banda está muy viva y no tienen un mal directo no obstante les falta un plus, ese toque que te hace sobresalir para que el público se quede con tu cara. Tienen el timón de la vuelta al ruedo cogido, solo falta que terminen de acertar el rumbo a seguir.
Todo tiene un inicio y un fin, las semifinales han acabado pero los que han pasado aún tienen un reto en la gran final donde podrán conseguir varios premios además del privilegio de tocar junto a MorphiuM y Doomination.
¡Os esperamos allí!
Crónica y fotos: Ireth