Regresamos a Barcelona y noviembre para cerrar nuestro repaso al AMFest con la crónica de la tercera y última jornada.

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Se acababa esta edición con un último día venido a menos por la cancelación a última hora de “My Sleeping Karma”. A pesar de ello el público respondió igualmente y se vivió de nuevo una gran jornada a la Apolo 2, que comenzaba con la actuación de Mardemarmo. Los Barceloneses, que apenas llevan un año formados, dieron una excelente lección de post rock repasando su ep homónimo, con unas proyecciones en segundo plano como complemento y presencia esporádica de uno de los guitarristas de Syberia para pasar a una formación de tres guitarras en varios temas.

Y con miembros de Syberia también entre sus filas subían a escena Ánteros, una banda muy especial al estar formada también por gente de Viva Belgrado y de la propia organización del festival. En un concierto corto pero intenso desgranaron “Lunas”, su debut, así como algún tema inédito. Con un estilo instrumental algo más influenciado por el post, pero unas voces de Cándido que hacen imposible desligarlos por completo de Viva Belgrado. Uno de los conciertos más emocionantes del festival, con dedicatoria especial incluida, que nos dejó a todos con ganas de más. Es complicado por la cantidad de proyectos en la que están sus miembros, pero ojalá se dejen ver más a menudo.

Cambio total de estilo para recibir a Bala. Un dúo de stoner-grunge con el que nunca había coincidido a pesar de ser también de Galicia. De primeras sorprende la ausencia de bajo, pero tan pronto empiezan se olvida rápidamente. Es increíble el ruido, en el buen sentido, que son capaces de montar con guitarra, batería y voz. Su concierto se pasó volando y sólo faltó el pogo. De los mejores descubrimientos del festival y un motivo de alegría para los muchos gallegos que estábamos entre el público.

Otro giro de 180 grados nos llevaba a Three Trapped Tigers. Una auténtica locura. El trío londinense venía presentando “Silent Earthling”, en el cual basaron su setlist a excepción de un par de temas de su primer trabajo y dos Ep anteriores. Su estilo es casi imposible de catalogar, con sintetizadores futuristas acompañados de una guitarra conectada a todos los pedales imaginables. El uso del whammy es especialmente característico y construye junto con los teclados unas atmósferas casi espaciales que desafiaron al público durante algo más de una hora. Los fans del metal más progresivo más desenfrenado no pueden perdérselos.

Quedaba aún Za!, un dúo de música experimental inclasificable y con gusto por la improvisación a los que por desgracia no pudimos quedarnos, para otra vez será.

Terminaba así el AMFest 2016 tras tres días de un ambiente inmejorable y un buen puñado de grandes conciertos. Cuando un festival se hace con tanto cariño el público lo nota y es todo mucho más fácil. Deseando repetir en 2017.

 

Crónica: Jairo DC

Fotos: Pablo Luna para AMFest