El 14 de abril tuvo lugar en Alicante una nueva edición del Marearock. Un estupendo día de música en directo con La Raíz, Desakato, Trashtucada, Arpaviejas, Konsumo Respeto, Kontaminació, Pura Mandanga y Gatillazo.

¡Aquí os dejamos la crónica de JuanF!

 

 

Clásico del panorama alicantino, el festival Marearock volvía a celebrarse un año más pese a la despedida del pasado año por parte de la organización. Regresaba el formato sencillo, el de un único día (sin contar la jornada gratuita ofrecida por Escuela de Rock UMH) sobre el cielo de Alicante. Es una reunión anual de amigos de todo el país, todos los viajes organizados habían completado su aforo, las entradas escaseaban y el ambiente se esperaba inigualable. Y antes de la actuación de Desakato, se colgó el cartel de “sold out” en las taquillas aledañas.

A las 17:00 de la tarde, justo cuando el reloj anunciaba la hora exacta, dio el pistoletazo de salida la XIII edición del evento con unos habituales de la ciudad. Para que la gente no se durmiese, el baile y la cumbia de Pura Mandanga tenían la ardua tarea de abrir el Marea. Iván Serrano y compañía nunca defraudan y aquel encuentro no fue menos. Sonaron temas como “Y Tú No Me Lo Das”, “Cien Años Congelados”, “Ya Viene el Sol” e incluso algún tema inédito. Buena onda, fiesta y movimiento. Si estás quieto en un concierto de estos tipos es que no tienes alma, como elsaxofonista de la banda, tan metido en su papel. El público empezó a llenar el asfalto de las primeras filas e incluso varios coreaban a pleno pulmón los temas. Tienen presencia en casa, y eso se nota.

El cambio se hizo notar de forma drástica con la llegada del segundo grupo de la tarde. El inicio de “Naufragar” arrancó para que Konsumo Respeto presentasen su más reciente creación, “Los Últimos Días de la Ley Seca”. Cualquiera diría que están en su mejor estado de forma. La rabia de Jorge, los aporreos de Blai, los riffs de Alberto… e incluso algunas cosas menos interesantes de ver como la falda de Datán. Un rock encasillado en punk-celta que hizo las delicias de una gran multitud que cada vez iba generando un mejor aspecto a pesar de las horas y del calor. Los grandes clásicos de la banda como “Una Noche Más”, “Heridas de Guerra” o la afianzada “Día Gris”, se intercalaban con prometedoras composiciones como “Recaída”, “Bandera Negra” o “Superviviente”. Un servidor se lo estaba pasando en grande y, por lo que vi, no era el único. Dentro del cupo de bandas infravaloradas de nuestra historia se encuentran ellos. En nada se van de gira por Latinoamérica, esperemos no “perderlos” por allí.

El último cartucho anunciado del festival fue Arpaviejas. Tras la caída del cartel de Sons of Aguirre, fue la banda de punk la encargada de rellenar ese hueco notorio del evento. No decepcionaron en un ejercicio por mostrar su nuevo disco junto a clásicos de todo su repertorio. Un concierto que nos dio información extra acerca de la madre del vocalista, que entre risas explicó que ella llegó a la universidad (haciendo hincapié en el lugar donde se celebraba esta edición del Marearock). Los festivales tienen la magia de hacerme conocer grupos como este. Verdadera esencia de la llamada “música de garaje”.

Pero no cesaba la fuerza. Se iban unos y entraban otros con nombre propio. ¿Qué decir de Evaristo y los suyos que no se haya dicho ya? Gatillazo es una de esas formaciones que prefieren decir lo que sienten cantando antes que con un speech innecesario entre temas. Uno tras otro iban hilando himnos estatales. “Nada Que Ver”, “Esclavos del Siglo XXI”, “Cómo Convertirse en Nada”, “Fóllate al Líder”, “Nº1 en USA”, “Un Minuto en Libertad”, “La Última Patada” y un sinfín de referencias más. Pero lo más llamativo de estos personajes son sus actuaciones: sombreros mexicanos, un delantal con un dildo de plástico, las míticas poses de Evaristo… Por algo son auténticos referentes. Tal y como están los ánimos, sigo viendo un futuro liderado por estos granujas. Les gusta destacar y pasar delante de los mirones, como bien dice su “Pijos Powres”.

A las 22:20 salía corriendo (chiste fácil) mi debilidad hecha banda. No me canso de verlos, y espero que dure mucho, pero es que siempre que salen al escenario dejan sin respiración a todo espectador. Desakato puede que sea el grupo más en forma del momento. En poco tiempo encabezarán festivales como este y no es moco de pavo. Si desde el segundo uno ya se encuentra Pepo surfeando entre el público es una clara carta de presentación para despistados que no los conocen. Presentan nuevo EP bajo el nombre de “Antártida”, aunque con el calor que desprenden hace que su “Iceberg” ya está muy derretido. Rugieron acordes actuales con “Humo Negro”, “Salvajes” o “La Cura”; pero sin olvidar himnos como “Tiempo de Cobardes”, “Cuando Salga el Sol” o “Pánico en Frankfurt”. Buen recuerdo al asturiano con “Fueu y Solombres”, que fue introducido con unas disculpas por parte de la banda al haber mencionado “Comunidad Valenciana” en lugar de “País Valencià” en un pasado concierto. Gente de Oviedo, Llugo de Llanera y otras partes de la geografía asturiana habían viajado solo por ellos. Nada más que añadir. Se tienen merecido todo lo bueno que les pasa, “cada vez” van a mejor. PD: La gente pedía “Octubres Rotos”, tema que nunca llegó.

El punto más álgido de la noche llegó con la despedida de La Raíz. Eran el plato principal de una noche de magia. Todo vendido por verlos a ellos, y es que nadie se quería perder su adiós en Alicante. Con la intro de “Las Miserias de Sus Crímenes” el murmullo empezó a brotar, los teléfonos móviles flotaban sobre las cabezas del público y el silencio se tornó poesía. Comenzó “Entre Poetas y Presos” con Pablo en primera fila cual estandarte de la banda, seguido repentinamente por el resto de la formación. Y la triste despedida se tornó fiesta. Incluso el foso de periodistas se tornó una pista de baile. En lo que respecta al setlist, poca novedad. “Muérdeles”, “Radio Clandestina”, “Nuestra Nación”, “Llueve en Semana Santa” o “El Lado de los Rebeldes” sonaron en un incesante ciclo de temazos.

Un emotivo momento fue el introductorio al trozo de “Suya Mi Guerra”. Era el día de la República, el día de honrar a esos olvidados de la Guerra Civil e incluso para despotricar contra el actual Jefe de Estado. Las tricolores ondearon en un mar de mecheros y luces, una estampa tan bonita como esperanzadora. La recta final se reservó “Rueda la Corona” y “Nos Volveremos A Ver”, un título que intuye un pronto regreso de esta banda que ha conseguido hacer bailar incluso al enemigo mientras le quema. No se sabe cuánto durará el descanso, pero no será eterno. Hasta pronto.

No era un día para estar triste. Había que estar alegres y de eso entienden mucho Trashtucada. Los de Chiclana recopilaron sus mejores cortes como “Penélope”, “Trashtumano”, “K.O. Boeing 747” o “Mi Destino” junto a nuevos destellos de su “Quién Dijo Miedo”. Aún tiene que adentrarse mejor en la gente, pero el recibimiento para estas canciones fue muy elogiable. “Nada de Nada”, “Toda La Noche” o “Muero” tienen mucho futuro por delante junto a la ya conocida “En La Calle”. Un servidor empezó a encontrarse mal, pero eso no implicó que la mítica “De Festi? Vale” no cogiese un color especial. Perfecto final para acabar, el único posible viendo el tirón que tiene este tema viñarockero.

Por salud me tuve que perder a Kontaminació, los de Biar se debieron de salir como bien nos tienen acostumbrados. En general, el Marearock es el claro ejemplo de que con esfuerzo y sacrificio puede salir algo muy grande. Alrededor de 6000 personas se dieron cita en San Vicente del Raspeig, 6000 almas con una motivación grande con la música. A ello le juntas el incentivo de reciclaje y el punto violeta que hubo para controlar cualquier agresión machista y sale un festival así. El panorama no está muerto, pero necesita cariño.

Crónica y fotos: Juan Fernández