Todos lo creíamos indestructible, pero lo cierto es que él no quería vivir para siempre...

Ayer por la noche, día 28 de diciembre, tan solo cuatro días después de haber cumplido 70 años, fallecía en su casa de Los Angeles Ian Fraser "Lemmy" Kilmister. 

A continuación, nuestro pequeño homenaje a una de las mayores influencias del rock and roll de los últimos 50 años. 

Iniciado en el rock and roll por los mismísimos Beatles, Lemmy pasó por The Rockin' Vicars y Hawkwind (entre otras, después de haber sido también roadie del mismísmo Jimi Hendrix) antes de formar Motöhead, la banda con la que no dejaría de girar por todo el mundo hasta pocos días antes de su muerte y que influiría y seguirá influyendo a las siguientes generaciones de músicos y fans del rock and roll. 

Lemmy había pasado un 2015 difícil debido a sus problemas de salud, que le obligaron a bajar el ritmo pero no le impidieron actuar en la pasada edición del Resurrection Fest la cual pasará a la historia como su último concierto en nuestro país. Ahí veíamos a un Lemmy debilitado pero que no se rendía: su voz y su bajo seguían siendo tan duros como siempre. 

El músico británico vio marcharse a la mayoría de sus contemporáneos, compañeros músicos y colegas de grupo, siendo el último de ellos Phil Taylor, batería de Motörhead desde los comienzos del grupo hasta 1992. No obstante, el bajista ha sido siempre fiel su propia filosofía, viviendo al máximo y de escenario en escenario, siempre con una copa y un cigarro a mano.

Nacido para perder, sin duda vivió no para ganar, sino para aprovechar al máximo el rock and roll que corría por sus venas junto al speed y el acohol. Finalmente fue un "agresivo cáncer", no detectado hasta el pasado día 26, el que pudo con él. 

A continuación os dejamos el comunicado oficial de su fallecimiento:

There is no easy way to say this…our mighty, noble friend Lemmy passed away today after a short battle with an extremely aggressive cancer. He had learnt of the disease on December 26th, and was at home, sitting in front of his favorite video game from The Rainbow which had recently made its way down the street, with his family.

We cannot begin to express our shock and sadness, there aren’t words.

We will say more in the coming days, but for now, please…play Motörhead loud, play Hawkwind loud, play Lemmy’s music LOUD. 
Have a drink or few.

Estamos seguros de que, allí donde esté, Lemmy se habrá ido enseñando un corte de manga a la muerte y pidiendo una enésima copa de whisky.