Estos días os estamos hablando de "En Cada Hogar", gracias a un sorteo del mismo. Pero para que podáis saber lo que esconde el último trabajo de Donuts Hole, os presentamos el análisis de Nui.

¡Pasa y disfruta!

 

 

Aunque Donuts Hole ya tiene una edad que supera el lustro aún no ha logrado establecerse en el conocimiento popular de los metalheads españoles, y eso que su discografía ya fue estrenada en 2013 bajo el título “Parodia de un silencio”, pero en un mercado donde los nuevos grupos surgen como la efervescencia en una Coca-Cola Donuts Hole puede quedarse estancado como una banda más de tantas otras. Por ahora, con su nuevo álbum “En Cada Hogar”, parece que han logrado más impacto, sobretodo tras la campaña de crowdfunding en el que el cantante prometía tatuarse tu nombre en su trasero si donabas ingentes cantidades de dinero, tentador como poco. Dejando coñas a un lado, veamos cómo de interesante es su nuevo trabajo.

En un primer instante se aprecia que la energía del disco está bien sustentada por las raíces del core, sonando a metalcore desde un primer instante, pero hay matices que en primera instancia parecen una macedonia dinámica de incongruencias, las melodías de “La Verdad” generan cierto mareo, pero conforme escuchamos lo que está por descubrir somos conscientes de que existe una evolución material y, además, el álbum se refine tras varias escuchas. Estamos ante uno de esos discos que piden a gritos ser el centro de atención.

Para comenzar cabe destacar que la voz de Ariel es ciertamente potente, por un lado puede eclosionar en screams con fuerte tendencia al gutural como de repente se metamorfosea en tonos livianos y timbre agradable, una combinación propia del metalcore pero que con tal nivel de brutalidad se acerca ligeramente al deathcore, al menos en los primeros temas, que son más salvajes, el resto sí que tiene un nivel equiparable a bandas míticas como All That Remains y As I Lay Dying; sin embargo, el inconveniente que es incapaz de superar este vocalista es la producción que solapa su ejecución, siendo las partes tranquilas las más perjudicadas en este sobredimensionado volumen, y es que este tipo de fragmentos de canto limpio son siempre los más endebles y resulta complicado no intimidarlas con la fuerza de la instrumentación (defecto que también se aplica a los coros).

Lo que de verdad hecho de menos son unos riffs más particulares, que le doten a la banda de una sonoridad más propia y definida en su esencia, algo que continúe las bases establecidas por ciertos pasajes melódicos que podemos encontrar en todas las canciones, respiros melódicos que equilibran los clichés del djent y del metalcore modernizado de los últimos años. Los más salientables momentos se encuentran en “Quiero ser”, “Mi Lado Dominante de Mí” y “Vacío”, temas en donde de verdad se discierne originalidad en la línea de las guitarras, eso sí, tomando prestado la gracia del rock alternativo y atmosférico, una pena que el sonido esté algo turbio y no tengan un aura inmaculada que permita su total disfrute. Por suerte todo está influenciado por un visión progresiva y técnica que impregna las melodías de una complejidad atractiva.

Una característica que parece ser primordial para la banda es conseguir la cercanía al oyente mediante unas letras intimistas y emotivas, en temas como “Quiero ser”, “Mi Lado Dominante de Mí” y “Todxs Somos Parte” (ojo a la “x” que se ha puesto de moda con la nueva ola del feminismo para los plurales neutrales), en todas ellas se reflejan la fragilidad de la entidad anímica, los miedos, la búsqueda de un deseo o la satisfacción de una ambición personal, los encontronazos que ocurren en la vida, etc. Superando a todas estas canciones tenemos jugando en otra liga el tema “No Quedar Atrás”, un interludio estilístico y formal que rompe con el esquema del álbum para otorgarnos de un respiro de bella profundidad, en clave de reposo energético pero lleno de pasión emocional. Esta pieza individual aspira crear un recuerdo, una marca que te impulse a rescatar el disco del polvo para escuchar de nuevo a Ariel decirte: “pintaré tu ilusión”.

El álbum es reacio a las etiquetas, ciertamente vaga por los lindes de tierra de nadie. El metalcore es claro, cristalino cabría decir, pero Donuts Hole secuestra varias influencias y las mezcla de una manera arbitraria, queriendo ser mucho más indefinible que la media del metal moderno. No creo que sea justo que alguien los tilde de pretenciosos, simplemente juegan bien las cartas que les han tocado de una baraja común, buscando énfasis en la delicadeza de la progresión e intentando hacer mella en el corazón que todos poseemos.

 

Tracklist:

  1. La Verdad
  2. Lejos del Alba
  3. Todxs Somos Parte
  4. Quiero Ser
  5. Mi Lado Dominante de Mí
  6. Cuando Alguien Te Salve
  7. No Quedar Atrás
  8. Lo Que Nació de Nosotros
  9. Vacío

 

Donuts Hole son:

Ariel Placenti – Voz
Marco A. Papiz – Guitarra, coros
Pablo Ibañez – Guitarra
Sergio Morales – Bajo
Sebastian A. González – Batería

Nota: 7.75/10

Review realizada por Nui