"Kodama" es el último disco de Alcest, banda que disfrutamos en directo recientemente en Londres. Un álbum que ha cautivado a nuestro redactor Nuel y que hoy nos presenta en esta review.
¡Pasa y disfruta!
Alcest poca presentación necesita, es bien sabido por casi todo el mundo que es la banda a la cual le tenemos que dar las gracias (o echar la culpa, depende de tu perspectiva metalera) de todo la corriente post-black que hoy inunda el panorama. Ante tal logro su nombre no solo suena con cercanía, sino que nos excita como la hace la vibración innata que podemos encontrar en el shoegaze que tanto utilizan.
Desde su última aparición Alcest se ha tomado un tiempo de descanso bastante notorio, sin singles, sin demos, sin la menor interrupción de esa resaca emocional que supuso el mediático disco “Shelter”, esa edulcorada pieza de melodiosa actividad que se presentó abiertamente con una portada que tonalidades suaves y relajantes, claro indicio de cómo iba a ser el álbum.
El porqué de dicho trabajo tuvo su origen está en el optimista prisma con el que Neige veía la vida, reformulando la música del grupo en conjunto de riffs y ritmos que invitasen al disfrute del yo intimista; sin embargo, este abandono (¿temporal?) del black metal no contentó a todos sus seguidores, y quizás sea esta premisa lo que impulsó el sonido de “Kodama”.
Este nuevo full-length nos advierte de su inédito contenido, más dado a lo oscuro y a la densidad tonal que lo oído en “Shelter”, con las tonalidades violetas y lilas en una mezcla indisoluble, la presencia erecta de unos brazos esqueléticos surgiendo de esa mezcla violácea, y un foco de luz que resalta la identidad de Alcest. En definitiva, la expresión de la dama pálida revela una serenidad inmaculada pese al choque de contrastes.
Con un inicio de distorsión sonora, la ajustada y redimida percusión del primer tema del disco (homónimo, por cierto) se ve acompañada por unos riffs que resuenan en clave alternativo, con los resquicios melódicos que pudimos escuchar en los 90 y principios de los 2000, un singular efecto que se complementa con los tremolos shoegaze, redefiniendo un ambiente turbio pero agradable, siendo su premisa compositiva una mezcla casi ahogada de ecos y suciedad tonal.
Es con estos elementos tan aparentemente descuidados donde se abandona esa limpieza y pureza artística que se nos presentó con “Shelter”, reformulando la estética en una apariencia que opta por fusionar la esencia primaria de dos bloques sonoros muy dispares, el black y el post/gaze, es por ello que seis de los siete temas aúnan con eficacia polos melódicos que se repelen.
La ejecución vocal de Neige adquiere un carácter susceptible, mientras que en su fase de regodeo casi espiritual su voz se diluye en la composición, a veces siendo incluso un poco contraproducente, también se torna feroz y rasgada en los interludios más propensos a la adrenalina del black, por otro lado, los coros son un recurso recurrente que se justifica con esa búsqueda del punto álgido de lo melodioso.
En “Kodama” la vibración reincidente de las guitarras se envuelve en fealdad turbia, y la presentación de las emociones que intenta suscitar el álbum ya no es evidente, sino que se muestran con una incógnita que las vuelve más complejas. La combinación resultante de toda esta mixtura hace de su música una alborotada composición plena en matices, nos obliga a ser más observadores y atentos, que disfrutemos de lo agridulce, a diferencia de toda esa dulzura exagerada de “Shelter”.
Las guitarras juegan con muchos más recursos, la camaleónica batería impacta con perfección, los arranques de velocidad son siempre oportunos, la profundidad de la instrumentación tiene tantas capas de intensidad que debemos escudriñar todas las líneas y prestar atención a todos los artificios, y la contundencia de sus intervalos erizan la piel y tocan el alma.
Tracklist:
- Kodama
- Eclosion
- Je suis d´ailleurs
- Untouched
- Oiseaux de proie
- Onyx
Alcest son:
Neige – Voz, guitarras, piano
Winterhalter – Batería, percusión
Nota: 8.75/10
Review realizada por Nui