Nuestro "Disco de la Semana" nos lleva hoy hasta Holanda para presentaros el álbum debut de la banda de metal extremo Ulsect. Un trabajo que ha encandilado a nuestro redactor Nui.

¿Quieres saber por qué?

 

 

Season of Mist, esa archiconocida discográfica francesa que lleva dos décadas centrándose en los diamantes en bruto que surgen de los estilos extremos, se ha centrado en la profunda región de los Países Bajos para sacar a flote el trabajo inicial de una banda que promete demasiado, Ulsect.

Ulsect es una formación de metal radical que está consolidada por miembros que han pertenecido a Exivious (principal precursor del jazz metal) y Textures (afamado grupo de mathcore), entre otros. Bajo una premisa de esta categoría, amplia en experiencia estilística y bajo el cuidado de un sello que casi nunca decepciona, el quinteto se estrena sin preámbulos con un álbum de larga duración homónimo, focalizado en exprimir el death metal que se adorna con la radicalidad de otras varientes propensas al ruido y al caos melódico.

Inaugurándose con un cataclismo sonoro el disco maneja desde un principio el martirio instrumental de los géneros más brutales del metal, colapsando con afinidad multitud de subvariantes hegemónicas, técnicas que vociferan ensordecedoras melodías y un remarcado regusto a oscuridad.

Las formalidades del álbum no rechazan ni un ápice la disonancia selectiva como vía para la recreación ambiental, de ahí que el death metal de nueva era sea una de sus principales bazas, recurriendo al vanguardismo técnico y maximizado con la heterogeneidad estilística. Las raudas sacudidas y los interludios de tempos lentos provienen del grotesco y retorcido sonido del sludge atmosférico, en una mixtura de post-metal frenético y agitado con nerviosismo por el death.

Estamos ante una banda que se pronuncia con la agresividad perturbada de Deathspell Omega y Gorguts, pero con un contundencia menos difusa y una potencia consolidada con un núcleo más entendible y reconocible, sin crear mellas con la experimentación sonora. Esta unidad y estructura interna que resulta de las diversas intermitencias en los tempos se podría considerar como unidireccional, pero no en el mal sentido de la palabra alegando algún tipo de monotonía, sino en la cohesión y estabilidad que rezuma pese a la metralla aportada de manera casi incesante por parte de la instrumentación.

La negrura de los riffs y la composición en su conjunto estremece la circulación propia, nos aviva y nos pone hiperactivos, la mugre que se deposita en todas las líneas de acción adquiere unos tintes repulsivos, tal y como ocurre en el black metal pero sin tener que recurrir a su satánica presencia, por lo que la atmósfera está demacrada mediante una esencia propia.

Los efectos sonoros son múltiples, pronunciados en todos los temas con arraigada energía, pero la volumétrica ambientación también compite contra las hiperbolizadas colisiones que lleva a cabo la batería y las pausas hardcoretas de las guitarras, a lo que se suma un vocalista que desprende ingentes cantidades de rabia desgarradora, modulando los guturales por abismales gritos de pasión tortuosa, sinergia idónea para todo ese vacío de depravación que se busca recrear.

Como álbum de arranque difícilmente podrían haberlo hecho mejor, mezcla la fatalidad que converge de diversas casas de destrucción y brutalidad, haciendo gala del ruido más explosivo y equilibrado que he escuchado en bastante tiempo.

 

Tracklist:

  1. Fall to Depravity
  2. Our Trivial Toil
  3. Diminish
  4. Moirae
  5. Unveil
  6. An Augury
  7. The Endling
  8. Maunder

 

Ulsect son:

Dennis Aarts – Bajo
Jasper Barendregt – Batería
Joris Bonis – Guitarras
Arno Frericks – Guitarras
Dennis Maas – Voz

 

Nota: 8.75/10

Review realizada por Nui