"Urn", así se llama el nuevo álbum de la banda australiana Ne Obliviscaris que hoy gracias a Nui se convierte en nuestro "Disco de la Semana". Una ración de metal extremo progresivo que no os dejará indiferentes.

¿A qué esperáis?

 

 

Ne Obliviscaris es la nueva majestad de la dinastía progresiva que los metaleros hemos pasado a adorar. No existe manera de discutir esto, y aquel que haya escuchado su demo de presentación, “The Aurora Veil”, sabe que el potencial en ellos era infinito.

Tras tres años de su segundo álbum, “Citadel”, el mono por su material excepcional ya nos estaba haciendo daño, ¿por qué tanto tiempo de espera? ¿Es que estaban creando una nueva obra maestra? Vamos a comprobarlo.

La saga musical de la banda se ha convertido en una trilogía de reconocibles partes. “Portal of I” fue la adaptación de los temas propios de la demo previa y la aparición de nuevas canciones, en cambio, “Citadel” partió de la nada y se aventuró en complejas narraciones melódicas, adoptando una postura distinta a todo lo que le precedía. En este caso, “Urn” parece combinar los intentos vanguardistas de la segunda obra con la consolidada morfología del álbum debut, siendo irrepetible e independiente, un resultado que consolida un estilismo tan personal como asombroso.

El inolvidable violín regresa, cuando en realidad nunca se ha ido, para magnificar esos aires melódicos y, sobretodo, sentimentales que convierten cada pieza en un pasaje de profundo toque humano. Pero como sigue afectado de esa actitud inconformista de “Citadel” es posible que se pronuncie de maneras diversas y extravagantes, y en “Urn (Part I)” se agita con locura y mediado a través de connotaciones dementes. Es un instrumento que padece de personalidad múltiple.

Las guitarras, hermanas en esta composición divina, crean escuela una vez más. El bajo, tan audible y voluminoso como siempre, aclamando su importancia con cada línea inédita, mientras que el resto desenvainan una adrenalina apoteósica que se refina con riffs de excelente marca, y los solos se transmutan en soplos de aire fresco, vendavales de notas que arrasan con todo.

La proyección estilística se bifurca con polaridades contradictorias y complementarias. El trío de voces death y black extienden su sombra sobre la técnica limpia de Tim, y la conmoción melódica provocada por el desgarre distorsionado de los riffs y la metralla honorífica del blast-beat está compensada, cómo no, por interludios embellecidos por el frote de las cuerdas sinfónicas.

En el clímax de la dilatación creativa, temas como “Eyrie” (de 11 minutos de duración) resumen con efectividad todo el avance compositivo que han adquirido y mantenido los australianos, permitiendo temas inspirados y dinámicos. Otro factor que ahora se ha engrandecido es el dominio en el cambio de tono, ya que las canciones sí que adoptan un aura distinta a medida que transcurre la narrativa sonora, y es difícil mantener un equilibrio de este tipo sin parecer artificioso, pero no es el caso.

Este disco es tan grande que al escuchar “Urn (Part II)” y darme cuenta de que era el fin del álbum pensé cabreado “¿es esta la última canción?”. Simplemente, no quería que terminase.

Tres años, tercer álbum, tercer orgasmo auditivo. Han marcado un nuevo punto de referencia que ahora sí que se me antoja difícil de superar. Glorioso.

 

Tracklist:

  1. Libera (Part I) – Saturnine Spheres
  2. Libera (Part II) – Ascent of Burning Moths
  3. Intra Venus
  4. Eyrie
  5. Urn (Part I) – And Within the Void We Are Breathless
  6. Urn (Part II) – As Embers Dance in Our Eyes

 

Ne Obliviscaris son:

Tim Charles – Violin, voz limpia
Xenoyr – Voz rasgada
Matt Klavins – Guitarras
Daniel “Mortuary” Presland – Batería
Benjamin Baret – Guitarra líder

 

Nota: 9.5/10

Review realizada por Nui