Después del repaso a la primera jornada del Hellfest Open Air, retornamos hoy a Francia para que Xell y Wrathen nos relaten lo acontecido durante el segundo día del festival.

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Un nuevo día amanecía bajo cielo francés, y ¡qué cielo! Despejado, demasiado despejado y con lo que parecía que iba a ser la jornada más calurosa del festival. Nuestra jornada empezaba algo más tarde lo previsto, perdiéndonos las actuaciones de grupos como Herder, Subrosa o Incantation, pero el alimentarse mal y beber mucho es lo que tiene. Amén de que el sol no ayudaba mucho.

Pudimos ver algo de Borgne, banda elegida para substituir a Mgla, que habían cancelado en las semanas previas al festival. Resultaron ser un tesoro desconocido para nosotros y encima fue la primera banda de black metal en sonar bien en el The Temple. Chapeau para los suizos. También disfrutamos de parte de la actuación de We Came As Romans. Sin profundizar mucho en su estilo, fue un espectáculo agradable y pegadizo, mención especial a la combinación de voces de David y Kyle, de lo mejor que he escuchado últimamente en este tipo de escena. El final con “Hope” fue sin duda el clímax del concierto.

De mano del nombre de Schirenc plays Pungent Stench, venía otra de las reuniones a las que nos tienen acostumbrados los señores organizadores. Esta vez como su nombre indica, los austriacos Pungent Stench estaban representados únicamente por Martin Schirenc, guitarrista y vocalista de la banda, acompañado de dos músicos ajenos a la formación, de ahí la razón de no poder usar PungentStench a secas. Pero bueno, pese a lo descafeinada que la propuesta podía parecer a priori, el concierto fue bastante bueno, con temas como “Happy Re-birthday” o “Viva la muerte” sonando como si estuviera toda la banda encima del escenario. Nada que objetar, aunque a ser posible que la próxima vengan todos.

Volvíamos al escenario The Temple para ver uno de nuestras bandas favoritas: los suecos Shining. Voy a ser igual de breve que lo fue su concierto: una broma de mal gusto. Tal cual. Setlist muy mal montado, salvando solo “låt oss ta allt från varandra”; y actuación desganada. No solo por parte de Kvarforth, sino de la formación al completo. Además acortaron su set como unos veinte minutos antes de la hora prevista de cierre. Más tarde nos enteramos que fue porque la organización no dejó que Famine (Peste Noire) saliera a cantar junto a los suecos y estos se rebotaron. Muy bien, ¿qué culpa tenemos nosotros, sus fans? Más respeto, más música y menos postureo es lo que necesita ahora el black metal.

Menos mal que en el The Altar nos esperaban Gorguts para quitarnos el mal sabor de boca dejado por los suecos. Tal y como ya pudimos presenciar en su gira estatal junto a Misery Index, los canadienses nos brindaron un concierto magistral, lleno de clase y buen hacer. Hubo cabida tanto para temas viejos como para temas de su último retoño, “Colored Sands”, el que consideramos como uno de los mejores retornos para una banda que han salido últimamente. Pese a valorar temas como “Le Toit du Monde”, “An Ocean of Wisdom” o la homónima “Colored Sands”, a nosotros nos tocó la patata que terminara con esa maravilla llamada “Obscura”. ¿Hemos dicho ya que Luc Lemay, aparte de ser un músico muy talentoso, es todo un ejemplo de humildad y simpatía? Pues eso. Que aprendan los suecos de los canadienses.

Lo de Tsjuder fue bastante decepcionante. Si bien guardábamos buen recuerdo de su actuación de la edición de 2011, la del presente año fue bastante accidentada y prescindible. Primeramente por el terrible sonido y segundo porque los componentes parecía que estuvieran tocando “por tocar” y que estaban disfrutando lo mínimo. Más de un asistente aprovechó para ponerse a dormir y eso que ya no era la hora de la siesta. Una pena, pero este año el The Temple estaba de luto.

Primera incursión del día que hacíamos en el escenario “core” por excelencia (aunque estos últimos años estaba un poco en decadencia en cuanto a banda nominada), el The Warzone. En esta ocasión nos iba a tocar disfrutar lo que sería, ante nuestra sorpresa, como uno de los mejores conciertos del sábado. Y es que, señores, Comeback Kid no defrauda. Sin irnos de Canadá, Andrew nos transmitió el mismo feeling que momentos antes habíamos disfrutado por parte de sus compatriotas, con un espectáculo enérgico y desgarrador. El público, por supuesto, respondió de la misma forma, con un ir y venir de moshpits y circlepits. En un momento de la actuación, Andrew se atrevió a abalanzarse sobre las primeras filas, las cuales lo recibieron ansiosas por darle la mano o cantar junto a él. Si hablamos del repertorio, destacamos sin duda “Do Yourself a Favor”, “Broadcasting”, “G. M. Vincent & I” y “Wasted Arrows” (de los mejores cortes de su último álbum Die Knowing). El broche de oro lo puso “Wake the Dead”, que fue vitoreada y gritada hasta su última sílaba, dando así por finalizada la actuación. ¡Qué bien que nos estén visitando a finales de noviembre!

Aprovechando que no somos muy devotos de las flautitas ni del folk este de pega, aprovechamos para ir a las duchas, que como bien anunciamos en la crónica del viernes, era la hora idónea para ir. Llegamos a tiempo para ver a uno de esas bandas “malditas”: Nile. De tres o cuatro veces que los hemos visto, nunca han sonado bien, y este día volvimos a sufrir lo mismo, aunque al menos se reconocían las canciones y se distinguían los instrumentos, pero les sigue faltando ese punto de que en directo sean igual de intensos que en disco. De todos modos verlos tocar es una delicia, y con eso nos basta y una carpa abarrotada daba fe de ello. También podían dejar de tocar siempre las mismas canciones, pero al menos esta vez supieron repartir el setlist por toda su discografía. El comienzo con “Sacrifice Unto Sebek” fue grandioso, pero eso suponía ver su mejor tema nada más empezar y eso no es que dejara unas perspectivas muy buenas en cuanto a repertorio. De todos modos se disfrutó en su medida del concierto, solo la cara de bonachón (y psicópata) de Karl Sanders incita a ello. Aprovechamos para decirle por aquí a Karlitos que deje de tocar “Black Seeds of Vengeance” para acabar sus espectáculos, o de tocarla en general y que muchas gracias por recuperar la excepcional “The Howling of the Jinnby Nile” del “Amongst the Catacombs of Nephren-Ka”, que sin duda fue el mejor momento de todo el concierto.

Nos dirigimos al The Valley para ver a ese personaje tan entrañable conocido como Phil Anselmo, en esta ocasión en forma de Phil Anselmo and the Illegals. Pero por mucho que Phil se haga de querer, lo de esa noche fue vergonzoso. Desafinación tras desafinación y una elección de temas de Pantera algo desacertada. Nos fuimos antes de que terminara su actuación, a priori para coger un buen sitio para Carcass, pero nos encontramos con que Gorgoroth estaban dando un concierto de aúpa. ¡Estaban sonando bien! ¡Los noruegos habían roto la maldición del sonido que acechaba el The Temple! Desconocíamos quien ocupaba el lugar de cantante en estos momentos por lo que la sorpresa fue mayor al descubrir que se trataba ni más ni menos que de Hoest, líder de Taake.

Cerrábamos la noche del sábado con lo que comenzó como una reunión hace unos años, pero que ya se ha confirmado como una apuesta a largo plazo muy seria. Pese a que ya no está Michael Amott, Carcass sigue adelante y aunque su último disco no nos parece muy allá, estábamos ante uno de los conciertos del día. En el fondo todo dependía del setlist, ya que un abuso exagerado de canciones del último álbum podía suponer que el concierto fuera un fracaso, pero por suerte hicieron lo que tenían que hacer desde el primer momento: “Buried Dreams”. Ahí estaban Jeff Walker y Bill Steer como estructura principal del grupo soltándonos este temazo de primeras, con un sonido perfecto como ya nos tiene acostumbrados el The Altar y bien secundados por los dos miembros nuevos. Por si no nos habíamos despertado aún, enlazaron con “Incarnated Solvent Abuse” de su aclamado “Necroticism: Descanting the Insalubrious”. De aquí en adelante, pues un concierto sin altibajos, con cuatro canciones del nuevo disco bien intercaladas con temazos de todas sus épocas, como “Reek of Putrefaction”, “Genital Grinder” o el grandioso final con sus dos temas más famosos y trascendentes: “Corporal Jigsore Quandary” y “Heartwork”, que es sencillamente uno de los mejores finales que puede dar un grupo de death metal. Que sigan así por mucho tiempo.

Y con el galletazo en la cara que nos habían dado los ingleses (a nosotros y a Avenged Sevenfold, porque Jeff no supo estarse calladito en todo el concierto y no paró de lanzarles pullitas a sus compañeros de horario –pues a7x tocaban a la misma hora que Carcass en el mainstage-) nos dispusimos a descansar –o festejar—y prepararnos para la recta final del festival.

Crónica: Xell y Wrathen

Fotos: Xell

 

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